Los migrantes, objetivo número de Trump en su vuelta a la Casa Blanca: de la "emergencia nacional" a las deportaciones masivas

Trump ha llegado cargando fuerte contra la inmigración, especialmente la latinoamericana. Una de sus primeras medidas: declarar la "emergencia nacional" en la frontera sur con México. Anuncia el despliegue de militares, un arsenal de fondos y efectivos para su plan de detenciones y deportaciones masivas.

Con la jura de su cargo, se ha erigido como poco menos que salvador del Estados Unidos: "Como comandante jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender nuestro país de amenazas e invasiones". ¿Y de qué amenazas habla Trump? De las que para él, llegan de México, su país vecino. Ya como presidente, en las próximas horas, firmará hasta diez ordenes ejecutivas y esto sólo en materia de migración.

Planea deportar masivamente a todos los migrantes en situación irregular, a pesar de las evidentes dificultades logísticas y el daño económico que podría suponer. Pero no se queda ahí: cerrará la frontera a los solicitantes de asilo, desplegará al Ejército en la frontera e incluso ya ha anunciado que declarará la inmigración como emergencia nacional. Un recurso que le valdría para acceder a fondos para retomar la construcción del muro sin pasar por el Congreso.

Pretende también quitar derechos recogidos en la Constitución. Negará la nacionalidad a los hijos de migrantes en situación irregular nacidos en Estados Unidos. Y va más allá, pondrá como requisito que al menos uno de los padres sea estadounidense. Una frontera que sirve, según Trump, para la entrada de delincuentes. "Bajo las órdenes que firmaré hoy, designaré a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras", ha declarado. Es su ya manida vinculación de migración y criminalidad.