Raúl Castro sujetaba el brazo de su delfín, al que acaba de llevar hasta las presidencia de Cuba, antes de su primer discurso. Miguel Díaz-Canel, de 57 años e ingeniero electrónico, ha sido elegido, aunque no había más alternativas, por la Asamblea Nacional y dirigirá al país sin cambiar el rumbo.
Anna Ayuso, analista senior Centro Estudios Internacionales Barcelona, explica que "para la población lo más importante es que resuelva, una palabra muy cubana, que les resuelva los problemas del día a día y ahí tiene sus mayores retos".
Será un presidente continuista con el castrismo a pesar de no tener su apellido ni carrera militar. Por primera vez en 60 años, Cuba tendrá un presidente ajeno a la familia Castro. Aunque el cambio parece más cosmético que de contenido, ya que en su primer discurso, Miguel Díaz-Canel afirmó que "Raúl Castro encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y el futuro de la nación".
El mandato del saliente Castro le dejará al nuevo líder una herencia en la que la promoción de la apertura económica será el reto más importante. Las reformas de Raúl Castro sirvieron para abrir un modelo de isla impensable en la era de Fidel. Tanto que descongeló las relaciones en un encuentro histórico con Obama. Una Cuba expectante porque acaba de arrancar la era Díaz-Canel.