Las miles de personas que se han manifestado en Kenia piden medidas urgentes para proteger la vida salvaje y reducir el comercio de marfil.
Especies como el rinoceronte negro se han extinguido por la caza furtiva. El precio de un cuerpo de rinoceronte es más alto que el oro o la cocaína. En países como Kenia, la vigilancia contra la caza ilegal está desbordada.