Varios miles de húngaros protestaron hoy en Budapest contra un proyecto de ley que aumenta el máximo de las posibles horas extras anuales de 250 a 400, y que además amplia el plazo para pagarlas hasta en tres años, en lugar de los actuales 12 meses.
"Protesta contra la ley de esclavitud" ha sido el lema de la manifestación convocada por la Confederación Húngara de Sindicatos (MSZSZ) y otras organizaciones gremiales en las cercanías del Parlamento, y en la que según los organizadores participaron 10.000 personas.
El proyecto de ley elaborado por diputados del Fidesz, partido del primer ministro, el nacionalista Viktor Orbán, prevé el aumento de las posibles horas extras laborales anuales de 250 a 400, lo que podría significar en algunos casos que los empleados trabajen seis días por semana.
Además, la legislación haría posible que los empleadores paguen estas horas extras hasta 36 meses después. "El Gobierno ha contraído un pacto secreto con el capital", aseguró László Kordás, presidente de la MSZSZ ante los manifestantes, afirmando que la legislación obliga a los húngaros a aceptar "la esclavitud", mientras que otros oradores denunciaron la falta de consultas con los sindicatos y trabajadores.
Según una reciente encuesta del Instituto Policy Agenda, el 83 por ciento de los húngaros rechaza la legislación. El Gobierno aseguró en un comunicado que la reforma de la ley laboral se dirige a hacer posible que aquellas personas que quieren trabajar y ganar más puedan hacerlo, eliminando las barreras burocráticas. Hungría sufre, como otros países de la región, de falta de mano de obra.