Miles de personas se manifiestan en las calles de París este sábado para mostrar su apoyo a Gisèle Pelicot, la mujer cuyo marido drogó y dejó que violaran decenas de hombres desconocidos durante años. Los protestantes han puesto a España como ejemplo en la lucha contra la violencia machista tras evocar casos como el de 'La Manada', así como las movilizaciones que se convocaron cuando los tribunales condenaron a los cinco agresores por abuso sexual y no por violación, que hubiera supuesto una condena más grave. Finalmente fue elevada a violación. "En España han puesto la primera piedra", ha proclamado la activista Anne-Cécile Mailfert, de la asociación Fondation Femmes.

En la misma línea, han denunciado el laxismo de la Justicia y la ineficiencia de la Policía a la hora de condenar e investigar los casos de violación contra las mujeres. "Vamos a hacer que este proceso (Gisèle Pélicot) sea histórico, porque no pasa un día sin que una mujer me escriba diciéndome: 'yo soy Gisèle Pélicot'. Lucharemos contra la impunidad y la cultura de la violación, porque más del 90 % de las denuncias por violación no se admiten a trámite, la mayoría ni siquiera se investigan", ha sostenido la

"Violador te vemos, víctima te creemos", ha sido uno de los eslóganes más coreados por participantes en la protesta, en la que había un buen número de hombres. También se han escuchado consignas contra "la cultura patriarcal" que, según denuncian, impregna el sistema policial y judicial.

No son "escenas de sexo"

Las líderes de la manifestación también han censurado las palabras del presidente del Tribunal Criminal de Vaucluse, quien prefirió hablar de "escenas de sexo" que de "violación", en el inicio de un proceso que se alargará meses.

Esta multitudinaria manifestación llega cuando se cumplen 10 días del mediático juicio, en el que Gisèle Pelicot decidió plantar cara a los 51 hombres que la violaron con el consentimiento de su marido y que decidió hacer a cara descubierta. "Ella quiere que esto se sepa y que la vergüenza cambie de bando", declaró Stéphane Babonneau, abogado de Gisèle, al inicio del juicio. Durante las sesiones del juicio los acusados intentaron mantener sus rostros ocultos.

Los investigadores hallaron vídeos de Gisèle grabados por su propio marido en los que se veía a la mujer sufrir las agresiones sexuales por parte de desconocidos inconsciente por culpa de los potentes medicamentos que ingería sin saberlo. Una de las violaciones registradas duró, al menos, seis horas con un solo hombre.