Cosecha su primera victoria

Militares a la frontera y migrantes a Guantánamo: la nueva 'era Trump' ya muestra su cara más siniestra

Miedo a EEUU Tras amenazar con aranceles a prácticamente medio mundo, Trump ya ha conseguido aumentar el número de efectivos tanto en la frontera sur como en la norte de Estados Unidos. Todo bajo el pretexto de la xenofobia y del tráfico de fentanilo.

Marines montan una alambrada en Imperial Beach, en California

Trump ya cosecha su primera victoria desde que duerme en la Casa Blanca. Una victoria que tiene valor simbólico, pero poco más. Un centenar más de militares han llegado a la Ciudad Juárez (México) para controlar una de las principales obsesiones del presidente de EEUU: la migración. Trump pidió más militares a Claudia Sheinbaum para reforzar la frontera a cambio de la pausa de un mes para los aranceles. Aunque México no fue el único que ha caído en el miedo que impone las medidas económicas del estadounidense, ya que Canadá también ha torcido el brazo a cambio de un mes de bandera blanca.

Y tras amenazar con aranceles a prácticamente medio mundo, Trump ya ha conseguido aumentar el número de efectivos tanto en la frontera sur como en la norte de Estados Unidos. Todo bajo el pretexto de la xenofobia y del tráfico de fentanilo. Gracias a esto, los soldados ya están desplegándose y han partido desde diferentes puntos de México y Canadá. Por aire, pero también por tierra. En total, 10.000 efectivos se dirigen a la frontera norte con Estados Unidos y otros 10.000 a la frontera sur. La presidenta mexicana ha asegurado que este despliegue no pone en riesgo al resto del país.

Y dicho y hecho también el envió de personas migrantes a la base militar de Guantánamo. Este mismo martes ha partido desde EEUU el primer vuelo hacia allí con un primer grupo de 12 migrantes. La base militar, en la isla de Cuba, se ha reforzado con más agentes y la Casa Blanca, a través de su portavoz, Karoline Leavitt ha confirmado, lo que ya estamos viendo: que no pierden el tiempo.

Unas medidas que, fuera del plano económico, dejan claro cual es el objetivo número uno de Trump de cara a sus cuatro años de mandato: llevar a cabo la mayor campaña de deportación en la historia de Estados Unidos y evitar a toda costa la entrada de los mismos por las fronteras. Una campaña por parte de EEUU en contra de los más de 11 millones de migrantes indocumentados en el país en donde llamarle "criminales" está a la orden del día y donde las autoridades ya han detenido a más de 3.000 personas en todo el país en sus primeras semanas al frente de la Casa Blanca.

El presidente ordenó ampliar la capacidad de detención en la base naval de Guantánamo para albergar a más de 30.000 personas y el Pentágono ha desplegado ya más de 150 militares para dicha tarea. Entre los militares desplegados se encuentran infantes de Marina y otros militares del Comando Sur de EEUU, encargado de Latinoamérica.

El pasado miércoles, al firmar el memorando para ampliar la capacidad del centro de migrantes en Guantánamo, Trump afirmó que la medida busca "detener a los peores inmigrantes ilegales criminales que representan una amenaza para el pueblo estadounidense". Ahora, bajo la ley estadounidense, vivir en el país sin autorización o estatus legal no es una falta criminal sino civil.

Trump no está solo

Y a toda esta ola reaccionaria y xenófoba por parte de Trump se ha unido el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele. El Salvador y Estados Unidos, Nayib Bukele y Donald Trump, viven su momento más dulce y han cerrado un pacto sin precedentes: personas migrantes no deseadas y criminales de cualquier nacionalidad, también estadounidenses, tendrán un hueco en la megacárcel, en la prisión estrella del presidente salvadoreño denunciada en infinidad ocasiones por atentar contra los derechos humanos.

"Ningún país ha hecho jamás una oferta de amistad como esta", declaró a la prensa el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, al finalizar tres horas de reunión con Bukele, quien se consolida así como el gran aliado regional de la nueva Administración de Donald Trump. Rubio llegó este mismo lunes a El Salvador como parte de su gira centroamericana, la primera que lleva a cabo como secretario de Estado y con la que busca frenar los flujos migratorios que se dirigen al norte.

Uno de sus principales objetivos era abordar con Bukele la posibilidad de cerrar un acuerdo, similar al que hubo en el primer mandato de Trump, para considerar a El Salvador como un Tercer País Seguro, lo que permitiría a Estados Unidos deportar allí a migrantes de otras nacionalidades, como los venezolanos.

China y EEUU, la conversación clave para el devenir económico

Y en las próximas horas, está prevista una conversación clave para el futuro del comercio mundial: Donald Trump-Xi Jinping. Sobre la mesa, los aranceles. ¿Firmarán un pacto temporal como con Canadá o México? De momento, la respuesta de China es, cuanto menos, calculada al milímetro. Sus decisiones están pensadas para hacer daño al círculo más íntimo de Trump, es decir, contra sus amigos millonarios.

La primera pieza contra la que han cargado ha sido su fiel escudero Elon Musk. ¿Cómo? Con una tasa para coches de gran cilindrada. Y no es el único. Google también se podría ver perjudicada a los aranceles de Trump, ya que China ha abierto una investigación por monopolio. Y para Nvidia más control para más control para los minerales con los que se hacen los chips. Apunten estos nombres porque van a ser muy relevantes en las próximas semanas: Tungsteno, Telurio, Bismuto, Molibdeno..

China impone también aranceles del 15% al carbón y al gas natural licuado. Esto afecta de lleno a una de las principales exportadoras norteamericanas, Venture Global, una empresa que ha contado con la ayuda de Trump en las últimas semanas para impulsar sus exportaciones. Como respuesta también a EEUU, China ha anunciado controles que dificultarían la exportación de tierras raras, es decir, minerales como el Telurio, Bismuto, Indio o Molibdeno.