Juicio por pederastia

El modus operandi del excirujano que agredió a 300 menores: "Les hacía creer que los tocamientos en sus genitales era mi trabajo"

Un relato de horror Sus declaraciones son tan aberrantes que muchas víctimas tienen que abandonar la sala. Los psicólogos han entrado en más de una ocasión para atender las crisis de esos hombres y mujeres que fueron agredidos cuando eran niños.

El modus operandi del excirujano que agredió a 300 menores: "Les hacía creer que los tocamientos en sus genitales formaban parte de mi trabajo"

Continúa en Francia el juicio contra Joel Le Scouarnec, el excirujano pederasta que violó a más 300 niñas y niños. En esta octava sesión se han escuchado declaraciones que estremecen a cualquiera.

En las últimas horas hemos escuchado al pedófilo reconocer que utilizó la sumisión química. Él ha dicho que solo una vez, pero teniendo en cuenta que ha estado 25 años mintiendo, uno no sabe qué pensar.

Su siguiente confesión en el juicio ha sido aberrante. No le tiembla la voz para reconocer que ser médico le otorgaba un poder para engañar a sus pacientes, niñas y niños, algunos muy pequeños, con el objetivo de que no vieran nada malo en lo que hacía, por ejemplo, cuando los violaba con los dedos. "Como médico tenía la posibilidad de hacerles creer que los tocamientos en sus genitales formaban parte de mi trabajo", ha declarado.

En el juicio también le han preguntado por las 70 muñecas que la policía encontró en su casa. Según ha explicado, esas muñecas le atraían porque le recordaban "lo que significaban para él las niñas pequeñas".

Poco a poco, a medida que pasan las sesiones, se va conociendo más el modus operandi del pedófilo. Según ha confesado este miércoles, Le Scouarnec hacía la ronda con una enfermera en el hospital y cuando ella volvía a su puesto, si veía que un niño estaba solo en su habitación, volvía a entrar. Ahí cometía la violación. En la mayoría de los casos de manera digital, según cuenta.

Al ser preguntado en el juicio si en algún momento alguno de los niños dijo algo, el excirujano ha respondido que "pude escuchar a niños que me dijeron 'me haces daño'". "Me entusiasmó hacerlo, lo hacía y luego lo plasmaba en mis escritos", ha añadido.

Los agentes encontraron decenas de esos diarios en su casa donde anotó sus agresiones sexuales con todo detalle durante más de 25 años. Además, ha reconocido que "no se puede descartar que haya cometido más de lo que he escrito". Tras reconocer esto se ha puesto a llorar en el juicio.

Todas estas declaraciones aberrantes las escuchan muchas de las víctimas que acuden a cada sesión del juicio. Es tan brutal que hay muchas que no lo soportan y acaban abandonado la sala. Los psicólogos han entrado en más de una ocasión para atender las crisis de esos hombres y mujeres, a los que siendo niños, Joel Le Scouarnec, les destrozó la vida.