El último presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, ha fallecido este martes a los 91 años "tras una larga y grave enfermedad falleció", según han indicado fuentes del Hospital Clínico Central de Moscú a la agencia RIA Nóvosti, citada por Efe.
De acuerdo con la agencia TASS, Gorbachov será enterrado en el cementerio de Novodevichy de Moscú, donde yacen los restos de destacados personajes de la historia de Rusia y donde está también la tumba de su esposa, Raísa. Según han confirmado desde el Kremlin en un gélido comunicado, el exmandatario no tendrá un funeral de Estado.
El expresidente soviético llevaba años alejado del foco mediático por problemas de salud. Los medios locales llegaron a afirmar que pasaba meses hospitalizado por un cúmulo de afecciones y en 2019 fue ingresado por una neumonía.
El último dirigente soviético
Gorbachov dirigió la URSS entre 1985 a 1991, primero al frente del Comité Central del Partido Comunista y del Soviet Supremo y después como presidente. En 1991 dimitió tras el acuerdo de disolución con Bielorrusia y Ucrania, ya con el Telón de Acero en retirada. Artífice de los primeros pasos de la Rusia moderna y Premio Nobel de la Paz en 1990, simboliza el fin de una era para la otrora poderosa Unión Soviética y su legado sigue siendo incómodo en ciertos sectores.
En marzo de 2021, cuando cumplió 90 años, insistió en su defensa de la Perestroika, la política reformista que abrió las puertas de la Rusia actual y que consideraba su mayor logro político. "Estoy completamente convencido de que era necesaria y de que nos movimos en la dirección correcta", dijo entonces en una entrevista a la agencia TASS, afirmando que en esa etapa "el pueblo ganó libertad" y se puso fin a "un sistema totalitario".
Vladímir Putin ya ha trasladado sus condolencias, según ha informado el Kremlin, que ha indicado que el mandatario "expresa su profundo pesar por la muerte de Gorbachov" y que "enviará un telegrama de condolencias a sus familiares y amigos".
El actual presidente ruso le ha reconocido en el pasado como uno de los estadistas más importantes de la historia a nivel mundial, aunque en los últimos años permanecía en un discreto segundo plano político y no se llegó a pronunciar de forma oficial sobre la guerra en Ucrania.