Una persona resultó muerta y al menos 230 heridas durante las manifestaciones que el movimiento conocido como los 'Chalecos Amarillos' lleva a cabo en Francia en contra de la subida de los impuestos a los carburantes.
El Ministerio del Interior informó de que se han llevado a cabo 24 arrestos en las 2.000 concentraciones organizadas de forma espontánea en todo el país, que sumaban 280.000 participantes. La mayoría de las protestas no habían sido comunicadas a las autoridades, lo que dificultó el control policial.
La persona fallecida es una mujer, de unos 60 años, por atropello en Pont-de-Beauvoisin (sureste de Francia) y entre los más de 220 heridos hay un policía en Grasse (sureste).
El movimiento, que ha ampliado su radio de demandas a la carga tributaria en general y es ajeno a los partidos y los sindicatos, supone un nuevo órdago para el Ejecutivo de Emmanuel Macron, que decidió aumentar los impuestos de los carburantes para promover la transición energética. Muchos de los "chalecos amarillos" viven zonas urbanas alejadas de las grandes aglomeraciones francesas y aseguran que el coche es su único medio de transporte.
Durante la protestas, pidieron la dimisión de Macron, al que acusan de preocuparse solo de la élite y de dejar a las clases medias a su suerte. "Mis hijas, profesoras, hacen 83 kilómetros al día. Su gasto en gasolina va a aumentar en 60 euros", lamentó François, un jubilado que se manifestó en solidaridad con lo que viven muchos de sus ciudadanos.