La bandera boliviana y la whipala, símbolo indígena, cubren los ataúdes. La ciudad de Sacaba, en el centro del país, despide a los manifestantes muertos durante las protestas.
"¿A esto llaman democracia? Matan a gente como cualquier cosa, son número, no vidas", denuncia una mujer.
Muestran las balas con las que los habrían matado y señalan al nuevo Gobierno interino. "Ustedes han hecho un golpe de Estado, han pagado a los militares, han pagado a los Policías", asegura un joven.
Las protestas siguen tras la llegada de Áñez a la Presidencia
La llegada de Jeanine Áñez a la Presidencia, con la intención, dice, de pacificar Bolivia, no ha frenado las protestas de un país cada vez más dividido.
En la ciudad de Cochabamba, principal bastión de Evo Morales, las protestas entre policías y manifestantes se intensifican. Desde que comenzaran los disturbios el 20 de octubre, han muerto al menos 18 personas.
A través de su cuenta de Twitter, Morales ha condenado la represión: "Pedimos a las fuerzas armadas y a la Policía boliviana que paren la masacre".
Desde México, Morales ha asegurado que está dispuesto a dar un paso al lado y no presentarse a las nuevas elecciones. "Por la democracia, si ellos no quieren que participe, no tengo ningún problema en no participar en unas nuevas elecciones", ha apuntado.
Su voluntad, afirma, es volver a Bolivia lo antes posible. Pero la presidenta interina advierte: si regresa, tendrá que hacer frente a la Justicia.