Una mujer que ha recibido el impacto en la cabeza de un bote de gas lacrimógeno ha sido la última víctima mortal de las protestas en Irak, que ascienden a 250.
Al menos 120 personas resultaron heridas durante enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en el puerto de Um Qasr, el principal del país, en la provincia de Basora (sur), cerrado en los pasados dos días por las amplias protestas que vive el país desde octubre.
Según la pública e independiente Comisión de Derechos Humanos iraquí, 120 personas resultaron heridas después de que las fuerzas de seguridad dispersaran a los manifestantes con gases lacrimógenos, lanzados directamente contra la muchedumbre, y también disparos con fuego real.
En un comunicado, esa entidad pidió que se respete el derecho a la manifestación pacífica, al mismo tiempo que exigió que las protestas se mantengan alejadas de las instalaciones públicas, sobre todo aquellas por las que pasan "los principales recursos del pueblo iraquí", en referencia a las mercancías y el crudo que se exportan e importan por ese puerto.
Los heridos fueron trasladados a hospitales de la zona, según la nota, pero un miembro de la Comisión de Derechos Humanos en Basora dijo de forma anónima que otros manifestantes siguen bloqueando el puerto de Um Qasr, como vienen haciendo desde hace dos días.
Según fuentes de seguridad citadas por un medio de comunicación local, la Comandancia de las Fuerzas Navales del Ejército iraquí cortaron la carretera que une Basora y Um Qasr por temor a que más manifestantes lleguen desde otras zonas al puerto.