Los militares de Zimbabue tomaron la televisión a primera hora del día en lo que parecía la escenificación de un golpe de Estado, un término que ellos preferían evitar. Además, en el vídeo aseguraban que el objetivo del alzamiento no es Mugabe, sino su círculo.
A pesar de negar ir en contra de Mugabe, lo tienen bajo arresto domiciliario junto a su familia, según ha podido confirmar el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, que ha hablado con él por teléfono. "Está confinado en su casa y está bien", afirma.
En este 'no golpe de Estado', los militares han tomado las calles y carreteras, bloqueado el acceso a edificios gubernamentales y, según algunos medios, detenido a tres ministros. Los tres de la facción que quiere que Grace Mugabe, esposa del presidente, sea su sucesora.
La batalla por la sucesión de Mugabe, que va camino de los 94 años, es lo que ha desencadenado todo. Los movimientos de su mujer y sus aliados serían los responsables de la destitución del vicepresidente del país, que se postulaba como sucesor.
Aunque Mugabe llegó a decir que sólo Dios lo apartaría del poder, ahora podría estar negociando su dimisión y la salida del país de su esposa.