Ya había hablado de hacer una cacería a un aliado de Evo Morales. Su objetivo, ahora, son nada menos que diputados y senadores afines al expresidente porque, como asegura el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, "lo que no se va a permitir es que se haga silencio".
Es una medida revanchista del ministro de gobierno de Bolivia, de la que ya se ha dado una primera muestra con un aliado de Morales y antiguo asambleísta, que está en arresto domiciliario.
Murillo también ha dejado un preocupante mensaje para la prensa crítica afirmando que "hay medios de comunicación que están haciendo sedición".
Los cocaleros han dado un ultimátum a la presidenta interina: o renuncia o bloquearán rutas por todo el país. Y es que la indignación ha aumentado tras anunciar el nuevo gobierno inmunidad penal para las fuerzas armadas en su represión de las movilizaciones.
Tres de las víctimas mortales en las últimas protestas presentaban disparos en la nuca. Evo Morales lo califica de delitos de lesa humanidad.
Las denuncias de golpe de Estado en Bolivia crecen con las primeras órdenes de Áñez. Algunos ejemplos son retirar al país del tratado comercial del ALBA, la ruptura de relaciones con Venezuela o acusaciones que rayan el ridículo, en boca de una ministra que calificaba de ostentosas las dependencias presidenciales de Morales cuando, más bien, parecen austeras.