Nueva Zelanda ha decidido aumentar el salario mínimo de la población y subir los impuestos a los más ricos, dos medidas que entrarán en vigor mañana, 1 de abril, y que son parte de los esfuerzos de la primera ministra, Jacinda Ardern, para luchar contra la desigualdad e impulsar la economía tras el impacto del coronavirus.
El nuevo salario mínimo se elevará de 18,90 en la moneda neozelandesa (11,27 euros) a 20 NZD (11,93 euros) a la hora, de acuerdo al anuncio que hizo el lunes Ardern, al anunciar esta medida que forman parte de promesas electorales claves y que beneficiará a 175.000 personas.
También, desde el jueves, aumentará el impuesto máximo hasta el 39% a los ingresos de las personas que ganen más de 180.000 NZD (107.316 euros), cuando antes el tope era del 33%.
Se prevé que la medida afecte a solo un 2% de los contribuyentes. En esta línea, según las estimaciones oficiales, este nuevo umbral impositivo, que forma parte de una serie de medidas tributarias, proveerá de unos 550 millones de NZD adicionales a las arcas del fisco para el año financiero de 2021, y de 634 millones NZD (378 millones de euros) para el 2024.
Ardern señaló el lunes, tras la reunión del Gabinete, que la serie de medidas que entran en vigor este 1 de abril "representan mejoras reales y largamente esperadas en el apoyo que prestamos a nuestros (pobladores) más vulnerables".
Una medida por la pandemia
El aumento del salario mínimo, que afecta a muchos trabajadores claves durante la pandemia del COVID-19, ha sido elogiado por los sindicatos y criticado por los negocios, que reclaman que aún no se han recuperado de los daños económicos dejados por la enfermedad, que motivó diversos confinamientos, especialmente en la ciudad de Auckland.
"Precisamente cuando unos 1.000 negocios han cerrado recientemente, y cuando especialmente mucha gente del sector de la hostelería nos dice que no pueden más con los incrementos porque tienen problemas para pagar los alquileres", señaló este miércoles la líder de la oposición, Judith Collins, a la caden TVNZ.
Según datos del Ministerio de Desarrollo Social de Nueva Zelanda, las empresas del país han contratado más personal desde principios de año, aunque todavía hay más de 200.000 personas que reciben las ayudas de desempleo, casi 60.000 más que a mediados de marzo, cuando comenzó la pandemia.
Un informe del Ministerio del Tesoro publicado en diciembre pasado indica que el déficit para el año fiscal 2020/21, que termina el 30 de junio próximo, será de unos 5.890 millones de euros, que es por debajo de lo pronosticado, aunque la deuda neta aumentará al 45,6 por ciento del PIB para 2023-24.
Nueva Zelanda, que cerró sus fronteras para frenar la pandemia y ordenó uno de los confinamientos más estrictos del mundo en marzo, cuando solo tenía 50 casos, acumula con 2.141 infecciones confirmadas y 26 muertos.