Ya lo propuso cuando era presidente

El nuevo capricho de Trump: quiere comprar Groenlandia y convertir Canadá en el estado 51

¿Qué ha dicho? "Por motivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, EEUU siente que la propiedad y el control de Groenlandia es una absoluta necesidad", ha expresado. Desde el gobierno danés se lo han dejado muy claro: es su territorio y no está a la venta.

Donald Trump baila durante un acto de campaña

Como si el mundo fuera uno de sus negocios inmobiliarios. Trump quiere la isla de Groenlandia, que ahora mismo está bajo soberanía danesa. Es un capricho que ya viene de lejos, cuando fue presidente propuso su compra. Pero es que quiere más: en su punto de mira ha puesto a Canadá o el canal de Panamá.

Los mapas actuales parecen no gustarle nada a Trump y está dispuesto a modificarlos a base de billetera. Su nuevo capricho es comprar a Dinamarca la gran isla de Groenlandia. "Por motivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, EEUU siente que la propiedad y el control de Groenlandia es una absoluta necesidad", ha expresado.

Como si jugara una partida del Monopoly, el republicano revive un viejo deseo, ya que quiso hacerse con Groenlandia en 2019. "Estratégicamente es interesante y estaríamos interesados", expresaba. Desde el gobierno danés se lo han dejado muy claro: es su territorio y no está a la venta.

Canada y el canal de Panamá, en el punto de mira

Trump lleva también un mes lanzando indirectas muy directas al presidente de Canadá. Desde que Trudeau fue a cenar con él a Florida, a su mansión de Mar-a-Lago, fantasea con la anexión. Es más, llama a Trudeau el gobernador del gran estado de Canada. El canadiense no quiso valorar las amenazas de subir los aranceles al 25% cuando Trump retorne triunfal a la Casa Blanca.

Y ojo, porque la expansion territorial no termina ahí. "Exigiremos que el canal de Panamá sea devuelto a los Estados Unidos de América en su totalidad, rápidamente y sin cuestionamientos", ha apuntado Trump.

Consciente de la importancia geoestratégica y económica del Canal de Panamá, Trump lo tiene entre ceja y ceja. Para reducir costes comerciales y beneficiarse de las tasas que pagan los 14.000 barcos que lo atraviesan cada año, lo quiere aunque sea por la fuerza.