Desde hace semanas, Pedro Sánchez está intentando que varios países se unan a España en su apuesta por reconocer el Estado palestino. Un primer paso para pacificar la región, que, sin embargo, se enfrenta con varios obstáculos y la oposición frontal de Israel.
El Derecho Internacional fija en todo caso una serie de requisitos para reconocer cualquier nuevo Estado: "Tiene que haber una comunidad política que quiera ser Estado, una frontera que pueda ser capaza de controlar y una población", resume Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política.
Unas condiciones que plantean problemas en el caso del pueblo palestino, en primer lugar por lo que respecta a la cuestión del gobierno, ya que ahora mismo hay varias cabezas políticas, con la Autoridad Nacional Palestina gobernando en Cisjordania y Jerusalén Este, mientras Hamás mantiene el poder político en la Franja de Gaza.
En cuanto al territorio, el primer problema es que en Palestina no existe continuidad territorial debido a la ocupación israelí. Israel además debería desmantelar toda la estructura de ocupación levantada en Cisjordania y Jerusalén Este y también el control sobre las frontera y el espacio aéreo -incluido el de Gaza- y la gestión de impuestos aduaneros debería volver al pueblo palestino.
Quizás sea lo más complicado, no obstante, sea lo relativo a la población, porque, tal y como explica Ignacio Álvarez- Ossorio, catedrático de Estudias Árabes e Islámicos, "de la noche a la mañana no se van a retirar los colonos ni se van a destruir esos 300 asentamientos que Israel ha construido en los últimos 50 años de ocupación". Y mucho menos ahora, con el actual Gobierno israelí y en un contexto en el que "no hay ni un solo partido político hoy en día en Israel partidario de la fórmula de los dos Estados".
Ni España ni la Unión Europea, ni siquiera Estados Unidos, tiene la capacidad de revertir esta situación, por lo que el reconocimiento de Palestina como Estado sería algo meramente simbólico. "Es decirles a los palestinos: lo estáis pasando muy mal, estamos con vosotros en este momento de dificultad", resume el diplomático Jorge Dezcallar. Todo será en vano mientras no esté dispuesta a salir de este territorio su potencia ocupante.