Entre ellas 745 civiles

La oleada de violencia en Siria deja 1.000 muertos en tres días con la paz pendiendo de un hilo

Los detalles Según el desglose de las víctimas, al menos 125 miembros de la Seguridad General, el Ministerio de Defensa y otros grupos aliados han fallecido en tres días de enfrentamientos.

Combatientes sirios realizan una manifestación para declarar una movilización general

La tranquilidad en Siria se tambalea. El nuevo presidente llama a la unidad y a la paz tras una oleada de violencia que ha provocado 1.000 muertos, entre ellas 745 civiles, todos alauitas como Al-Assad. Parece venganza pura.

Según la ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, "la cifra de bajas humanas ha subido aceleradamente desde la entrada de grupos armados para apoyar las fuerzas de seguridad y las unidades del Ministerio de Defensa" de las nuevas autoridades de Damasco.

Según el desglose de las víctimas, al menos 125 miembros de la Seguridad General, el Ministerio de Defensa y otros grupos aliados han fallecido en tres días de enfrentamientos; mientras que otros 148 "individuos armados" leales al régimen de al Asad han muerto en los choques que han tenido lugar en las provincias de Latakia, Tartús, Homs y Hama.

Las muertes civiles y "ejecuciones de campo" se han producido principalmente en las provincias costeras de Latakia y Tartús, antiguos feudos de la familia Al Asad y el núcleo de la comunidad alauita, a la que pertenece alrededor del 10 % de la población siria. Ante la "masacre" de ciudadanos, entre ellos mujeres y niños, la ONG hizo un llamado a la comunidad internacional "para que adopte medidas urgentes y envíe equipos internacionales especializados de investigación para documentar las graves violaciones que han afectado a los civiles".

Asimismo, pidió a las autoridades de Damasco que "exijan responsabilidades" a sus efectivos implicados en estas acciones, al considerar que "la impunidad alienta la repetición de crímenes en el futuro, lo que amenaza la estabilidad política y social en Siria tras la caída de Al Asad".

La nueva administración siria no ha reconocido explícitamente estos actos, aunque sí ha afirmado que tomará medidas legales y hará rendir cuentas contra todo aquel que haya cometido "excesos" o "actos de venganza" contra la población civil durante las operaciones militares dirigidas a apagar los focos de insurgencia de los grupos pro Al Asad.

Los choques estallaron el jueves, después de que insurgentes alauitas lanzaran un ataque contra las fuerzas de seguridad en la localidad de Jableh, en Latakia, lo que desencadenó la mayor ola de violencia en Siria desde el derrocamiento de Al Asad el pasado 8 de diciembre.

Las nuevas fuerzas sirias están mayoritariamente compuestas por excombatientes de la ahora disuelta alianza islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), la agrupación que lideró la ofensiva contra Al Asad y cuyas raíces proceden del Frente Al Nusra, la exfilial de Al Qaeda en Siria.