Un envío de 29 toneladas de ayuda humanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con suministros para asistir a 250.000 personas, ha llegado este sábado a la ciudad libia de Bengasi, unos 300 kilómetros al oeste de Derna, la ciudad más afectada por las inundaciones de esta semana.
El envío desde el centro logístico de la OMS en Dubai (Emiratos Árabes) incluye medicinas esenciales, suministros quirúrgicos de emergencia, equipamiento médico y bolsas para cadáveres, indicó la organización con sede en Ginebra en un comunicado.
La OMS subrayó que por ahora se han recuperado e identificado los cuerpos sin vida de 3.958 víctimas. Las inundaciones causadas por el ciclón Daniel, con efectos agravados por haber provocado la rotura de dos embalses, han causado más de 7.000 muertos, 10.000 desaparecidos y al menos 30.000 desplazados.
En el comunicado, el representante de OMS en Libia, Ahmed Zouiten, calificó las inundaciones de "desastre de proporciones épicas", y transmitió sus condolencias a las familias de las víctimas.
Una crisis que abre una división política
La división política y el conflicto en el que Libia está inmerso desde hace más de una década pasa factura a las deficientes infraestructuras de la ciudad de Derna (este), la más afectada por el ciclón Daniel. La lista de necesidades de los supervivientes no deja de aumentar: agua potable y víveres, servicios de saneamiento e higiene, apoyo psicosocial y prevención de enfermedades entre otros.
La ayuda humanitaria enviada hasta el momento es una "gota en el océano", lamentó Unicef, que hizo un llamamiento a los donantes para reunir 67 millones de euros destinados a cubrir las necesidades de 250.000 damnificados durante un trimestre.
Los cientos de millones de euros movilizados en la última semana por la comunidad internacional no permiten asistir a los damnificados de la región de Cirenaica, donde viven cerca de 664.000 personas -incluidos 283.000 niños- y que necesitan ayuda "desesperadamente", apunto Unicef.
Los brotes de diarrea y cólera así como de deshidratación y desnutrición son de las principales preocupaciones para los cerca de 38.000 desplazados en esta parte del país, de los cuales 30.000 de ellos se encuentran en Derna. Por este motivo, las organizaciones advierten del riesgo de una segunda crisis humanitaria de enfermedades transmitidas por la descomposición de los cuerpos y las aguas contaminadas.
La división política- con dos ejecutivos al este y oeste- obstaculiza la logística de estas labores, incluida la obtención de visados de los trabajadores humanitarios que se desplazan para participar en los rescates. A esto se suma la ausencia de una estrategia conjunta de coordinación y el difícil acceso al lugar tras la destrucción de carreteras y puentes que ha fraccionado igualmente la ciudad en dos.
En una carrera a contrarreloj, los equipos en el terreno continúan encontrando supervivientes, como una mujer y sus cuatro hijas que se hallaban en su domicilio además de una anciana bajo un edificio derrumbado.