Lo que se está haciendo en Gaza es una limpieza étnica: así lo ha denunciado una ONG israelí. La organización israelí pro derechos humanos B'Tselem ha dividido entre cuatro fases esta limpieza, empezando por bombardeándolos, luego dejándoles sin comida, desplazándolos de sus casas y, por último, dejándolos completamente desasistidos. Si hoy parara la guerra, tardarían 350 años en volver a ser lo que eran.
Dejar el norte de la Franja de Gaza sin gazatíes es el plan de Israel que según B'Tselem, una de las principales ONGs del Estado judío, se puso en marcha con la invasión iniciada el pasado año. Mientras, los palestinos denuncian el "exterminio": "¡Estamos perdidos entre la guerra y el exterminio!", denuncia una mujer gazatí.
La organización pro derechos humanos asegura que esa estrategia comenzó con ataques indiscriminados. Son los bombardeos israelíes incesantes sobre barrios enteros, cuyo objetivo no es otro que dejar devastada e inhabitable toda la región. Así lo confirman los palestinos, que describen una situación dramática: "¡No atacan a los combatientes! ¡El Ejército de Israel es un mentiroso! ¡Apuntan a los niños y las mujeres!".
La segunda fase es usar el hambre como arma de guerra porque, aunque Israel permite entrar a cuentagotas camiones con ayuda humanitaria, una vez dentro hacen prácticamente imposible la entrega. Un escenario que provoca continuos desplazamientos forzosos bajo órdenes de evacuación. Es el caso de una niña que ha tenido que cargar con su hermana a hombros porque estaba herida. "¿Por qué llevas así a tu hermana?", le pregunta y ella responde que "está herida" y "quiere ir a casa".
Pero no tienen a dónde ir y los que sobreviven, tampoco tienen dónde curarse. La ausencia de pausas humanitarias garantizadas abren paso a la falta de atención sanitaria , incluido a los más pequeños. Incluso, los continuos bombardeos han obligado a detener la fase final de la vacunación contra la polio.