El último bombardeo de Israel a un campo de refugiados en la Franja de Gaza puede considerarse un "crimen de guerra", tanto por el elevado número de víctimas civiles como por su magnitud. Así lo ha afirmado este miércoles la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
"Dado el elevado número de víctimas civiles y la escalada de destrucción tras los ataques aéreos israelíes en el campo de refugiados de Jabalia, nos preocupa seriamente que se trate de ataques desproporcionados que podrían constituir crímenes de guerra", ha señalado Volker Türk, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Türk tiene una carrera dedicada a la cuestión de refugiados y derechos humanos en la organización internacional.
El secretario general de la ONU, António Guterres, por su parte, ha condenado este miércoles las muertes civiles en el ataque de Israel al campo de refugiados. Además, ha insistido en pedir a las partes el respeto de la ley humanitaria y el fin del conflicto.
Según su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres está "consternado por la creciente violencia en Gaza, incluyendo el asesinato de palestinos, e incluyendo mujeres y niños, en los bombardeos de Israel en áreas residenciales del campo de refugiados de Jabalia, muy densamente poblado, que han tenido lugar ayer y hoy", ha señalado
Como consecuencia del ataque del Ejército israelí, ocurrido este martes, un gran número de civiles fallecieron -entre ellos mujeres y niños-, en uno de los peores que se ha registrado desde el inicio de la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás.
Hamás asegura que al menos 195 palestinos han muerto en el bombardeo y afirman que en total hay 1.000 afectados, entre heridos, muertos y desaparecidos. Israel ha admitido el ataque y se ha excusado asegurando que en él han matado a más de 50 "terroristas".