La justicia hongkonesa ha emitido un requerimiento temporal, a petición del Departamento de Justicia de la ciudad, que permitirá bloquear los mensajes de incitación a la violencia que circulen por las populares aplicaciones de mensajería como Telegram o del popular foro LIHKG.
El juez del Tribunal Supremo de Hong Kong Russell Coleman emitió la orden para evitar que la ciudadanía "disemine, haga circular, publique o republique de manera voluntaria" contenidos que "promuevan, animen o inciten al uso o la amenaza de la violencia", publicaron este viernes los medios locales. Las autoridades buscan con esta medida minimizar los riesgos de los enfrentamientos violentos entre agentes de policía y manifestantes radicales, que han ido aumentando con el paso del tiempo (ya van 21 semanas consecutivas de protestas) y con la falta efectiva de voluntad negociadora por parte del Gobierno local.
Según la prensa local, en las citadas plataformas se han intercambiado mensajes de incitación a la violencia contra la Policía, aunque no especifican si la autoría de los mensajes es de manifestantes violentos o de elementos infiltrados entre ellos. Este requerimiento se pondrá en práctica al menos hasta el próximo 15 de noviembre, día previsto para la vista formal que podría resultar en una ampliación del periodo de aplicación.
Para el diputado hongkonés Charles Mok, "el requerimiento temporal sienta un precedente extremadamente peligroso por introducir censura en internet similar al Gran Cortafuegos de China. Es una violación de la libertad de expresión de los ciudadanos y de la supuesta libre circulación de información de Hong Kong". En declaraciones a la radiotelevisión hongkonesa RTHK, Mok indicó que esta prohibición selectiva "podría poner la economía de Hong Kong, y en particular los sectores de innovación y tecnología, en una mala situación". Asimismo, mostró su preocupación por utilizar este tipo de normativas que circunvalan el Parlamento local, en vez de optar por los procedimientos legales habituales.
Las protestas, que se convirtieron en masivas en junio a raíz de una polémica propuesta de ley de extradición ya retirada por el Gobierno, han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos que rigen Hong Kong y una oposición al autoritarismo de Pekín. No obstante, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía son habituales.