Los líderes de la OTAN han concluido la cumbre celebrada Bruselas con la determinación de plantar cara a las amenazas procedentes de "regímenes autoritarios" como Rusia o China. Así lo ha indicado el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, quien ha destacado que "hay fuerte convergencia entre los aliados" frente a las amenazas para la seguridad que representa el refuerzo militar de China y la "agresividad" de Rusia.
Respecto a China, Stoltenberg ha querido dejar claro que no es un adversario, ni un enemigo: "No habrá una nueva guerra fría con China". Pero sí ha insistido en que debemos afrontar los desafíos que el país, y su creciente influencia, "suponen para nuestra seguridad".
En este contexto, los líderes de la OTAN han instado a China a "cumplir con sus compromisos internacionales y a actuar de forma responsable en el sistema internacional, incluyendo en los dominios espacial, cibernético y marítimo, de acuerdo con su papel como gran potencia".
Y en cuanto a Rusia, el secretario general ha destacado que la relación de la Alianza con Moscú está "en su punto más bajo desde la Guerra Fría" y ha advertido que las agresiones de este país son una amenaza para la seguridad de la OTAN, muchos de cuyos miembros comparten frontera con Rusia.
Además, Stoltenberg también ha celebrado el "potente mensaje" de Biden en su compromiso con la OTAN, que ha sido replicado con igual fuerza por el resto de aliados.