El papa Francisco "no dejó nunca de gobernar la Iglesia, incluso, en los días más difíciles" de su hospitalización

A cuenta gotas es como llega la información sobre el ingreso del papa Francisco en el Hospital Gemelli de Roma. Después de que hace unos días se conociera que el equipo médico tuvo "que elegir entre dejarlo ir o probar con todo", este sábado en otra entrevista a 'Il Corriere della Sera' el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, ha asegurado que el pontífice "no dejó nunca de gobernar la Iglesia" desde el hospital. De hecho, ha confirmado en su actual convalecencia sigue tomando decisiones sobre los asuntos importantes, aunque delega los rutinarios a sus colaboradores.

"Incluso en los días más difíciles de su hospitalización, que ya pasaron, gracias a Dios, el papa Francisco veía los expedientes" que se le presentaban sobre cuestiones de relevancia, "los leía y decidía en consecuencia", cuenta Parolin al diario italiano. En ese sentido, según recoge la agencia EFE, en la Administración de la Iglesia "no hay cambios en lo esencial". Sin ir más lejos, hace unas semanas se descartó la posibilidad de una abdicación debido a su estado de salud, como previamente había hecho su predecesor Benedicto XVI.

Eso sí, aunque Parolín destaca que "el Santo Padre necesita estar tranquilo y no cansarse demasiado, se le presentan asuntos sobre los que solo él puede y debe decidir", y es que "el gobierno de la Iglesia está en sus manos". No obstante, tal y como se mencionaba en las líneas previas, "hay muchas más cuestiones rutinarias sobre las que los colaboradores de la Curia pueden proceder incluso sin consultarle, basándose en indicaciones ya recibidas previamente y en las normas vigentes", puntualiza Parolin.

A raíz de ello, el secretario de Estado del Vaticano explica que "los dicasterios de la Santa Sede trabajan en nombre del papa. Obviamente, todas las decisiones más importantes las debe tomar el pontífice, pero hay otras que se pueden adoptar solo dentro de cada dicasterio, siguiendo las directrices que el papa trazó".

En esa misma línea, Parolin continúa explicando que esta forma de proceder se aplicaba también cuando el papa no estaba en convalecencia, según prevén las reglas que rigen la Curia Romana: "No todo tiene que pasar por el papa. Tiene sus colaboradores en la Curia, a los que él mismo da instrucciones a seguir y el poder de tomar determinadas decisiones".

"Veremos qué solución se encuentra"

Asimismo, apunta que "en casos especiales pueden delegarse otros poderes", como para las ceremonias de canonización de los santos, cuando "es el papa quién debe pronunciar la fórmula" que formaliza el proceso, "aunque también ésta, si es necesario, puede delegarse a un colaborador que la pronuncia en nombre del pontífice".

Ahora el pontífice continua su convalecencia en el Vaticano con leves mejoras en la fisioterapia motora y respiratoria, así como en el poder hablar tras haber sido dado de alta el pasado domingo tras 38 días hospitalizado, según informó este viernes la oficina de prensa del Vaticano. Por ello, sobre su posible participación y modalidades en las que lo podría hacer en los próximos actos del calendario, entre ellos los ritos de Semana Santa, o la canonización del joven Carlo Acutis, el próximo 27 de abril, el Vaticano sostuvo que es un asunto todavía "prematuro" para abordar.

"Veremos qué solución se encuentra" para esta canonización, lo que "dependerá también de cómo se sienta el Santo Padre en estos días", aseveró Parolin, quien también indica que podría delegarlo a algún cardenal como Marcello Semeraro, prefecto de las Causas de los Santos. Si bien, habrá que esperar ya que no se ha tomado una decisión definitiva al respecto.