Preocupa la salud del papa
El papa Francisco pasa una noche tranquila tras sufrir un empeoramiento "repentino" por un ataque de broncoespasmo
Los detalles Tras sufrir este viernes por la tarde una crisis aislada por broncoespasmo, el pontífice no ha tenido otras crisis y esta mañana de sábado ha podido desayunar, tomar alimentos sólidos y leer periódicos.
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El papa Francisco pasó una noche tranquila y está descansando, informó este sábado la sala de prensa de la Santa Sede, en el decimosexto día de ingreso de Francisco en el hospital Gemelli de Roma después de sufrir el viernes una crisis por broncoespasmo que causó un empeoramiento "repentino" de su cuadro respiratorio.
Según fuentes vaticanas que ha podido confirmar laSexta, el pontífice no ha tenido otras crisis como la de ayer, viernes, que fue además, una crisis diferente a la que sufrió el sábado pasado.
Esta mañana (sábado, 1 de marzo), el papa se ha despertado, ha tomado un café, ha leído periódicos y ha ingerido, además, alimentos sólidos. Anoche tenía ventilación mecánica, pero no hay datos de si la está usando también esta mañana. En cualquier caso, no es invasiva y el papa Francisco se puede mover tranquilamente.
Por su parte, el cuadro clínico sigue siendo complejo y el pronóstico, reservado. Continúa la fisioterapia respiratoria como ejercicio constante para aumentar la oxigenación y ayudar a la respiración.
Crisis por broncoespasmo
Según el último parte médico de este pasado viernes por la tarde (29 de febrero) el papa presentó repentinamente una crisis aislada por broncoespasmo que le provocó también un episodio de vómito por inhalación e hizo que tuviera que ser sometido a ventilación mecánica no invasiva, después de que en la víspera de informara de una leve mejoría del pontífice y de su salida del estado más crítico.
Francisco respondió "bien" a la terapia, aunque los médicos creen que se necesitarán entre 24 y 48 horas para valorar cómo le afectará esta crisis de broncoespasmo (repentino estrechamiento del conducto bronquial), ante lo que se prevé que este fin de semana sea clave para ello, mientras los médicos mantienen que el pronóstico sigue siendo reservado.
El pontífice, de 88 años, se encuentra hospitalizado el pasado 14 de febrero por una bronquitis con infección polimicrobiana a la que se sumó una neumonía bilateral. Tras la crisis de ayer, Francisco se mantuvo "siempre lúcido y orientado", "colaborando con las maniobras terapéuticas" que se le aplicaron.
Este viernes por la noche, fieles y miembros de la Curia romana se juntaron de nuevo en la Plaza San Pedro del Vaticano para realizar el rito del Rosario y rezar por su pronta recuperación.