El pleno del Bundestag aprobó la legalización del matrimonio homosexual en Alemania, un proyecto impulsado por los socialdemócratas rompiendo el acuerdo de coalición con las filas conservadoras de la canciller, Angela Merkel.
La iniciativa fue apoyada, a tres meses de las elecciones generales, por 393 diputados y recibió 226 votos en contra y cuatro abstenciones.
Respaldaron el proyecto los diputados del Partido Socialdemócrata (SPD), de La Izquierda y los Verdes, además de miembros de la Unión Cristianodemócrata que lidera Merkel, que dio libertad de voto para que se votara en conciencia.
La canciller fue una de las primeras en depositar su voto en la urna colocada en el centro del salón de plenos y eligió la tarjeta azul, que representaba el "no" a la legalización del matrimonio homosexual.
"Si el matrimonio para todos llega, se habrá dado algo a alguien, pero no se le habrá quitado nada a nadie", subrayó el portavoz socialdemócrata, Thomas Oppermann, intentando convencer a los diputados reticentes, a quienes mostró su respeto.
Desde La Izquierda y los Verdes se felicitaron por el logro "histórico" alcanzado y reivindicaron su lucha durante décadas por los derechos de los homosexuales, con numerosos activistas presentes en la tribuna de invitados.