El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha saludado brevemente al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, justo antes de entrar a la sesión plenaria sobre 'Economía y salud global' en el marco de la reunión del G20 en Roma. Según el vídeo difundido por Moncloa, Sánchez y Biden se han estrechado la mano y han intercambiado un saludo breve de pocos segundos. A continuación, Sánchez ha saludado al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Antes de la reunión plenaria, Sánchez ha mantenido una reunión informal de carácter bilateral con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. El encuentro ha sido, como es habitual, a puertas cerradas y sin periodistas, pero -según han detallado a la prensa acreditada fuentes de Moncloa- la representante del organismo internacional ha encuadrado las tensiones inflacionistas que han golpeado la zona euro en un contexto temporal y, por tanto, como un factor transitorio, si bien no ha marcado un plazo de conclusión.
Además, según estas mismas fuentes, el FMI tendría plena confianza en los planes de recuperación del gobierno. Sánchez ha participado, además, en otra reunión bilateral con la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala en el que además se han tratado otros temas de importancia global como el cambio climático, el avance de la pandemia o la necesidad de impulsar un libre comercio. Además, se ha puesto de manifiesto que la pandemia ha provocado grandes cambios en la economía mundial y que las naciones deben adaptarse a ellos.
Transcurso del G20
La cumbre arrancaba este sábado con una foto de familia atípica. Junto a los líderes mundiales se colaba un grupo trabajadores de la salud, los héroes de la pandemia. Una imagen del compromiso en la primera cumbre presencial del G20 desde la llegada del COVID-19. Una crisis sanitaria que sigue vigente, tal y como ha querido recordar Mario Draghi, primer ministro de Italia: "La pandemia no ha acabado. En los países más pobres el porcentaje de población con una dosis cae al 3%".
Es precisamente este el primer desafío que se marca el G20: que para mediados de 2022 haya un 70% de población mundial vacunada. Pero la realidad es que las vacunas no están llegando a los que más lo necesitan. Solo el 14% de las dosis prometidas por los países ricos han llegado a los países con menos recursos, algo que pone en peligro también los planes de recuperación mundial.
Es este otro de los grandes retos de la cumbre. De momento Draghi ha revendido el impuesto global del 15% a las multinacionales que ya se acordó en verano. "Un sistema internacional fiscal más justo y más efectivo", ha reivindicado el primer ministro italiano. También la crisis energética y el desabastecimiento es hoy uno de los temas que ya golpea occidente. Además, un grupo de activistas climáticos, que ha cortado este sábado una calle de Roma, ha recordado el que debe ser otro de los grandes desafíos de esta cumbre.
El objetivo: alcanzar cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. Un acuerdo que serviría de antesala a la cumbre del clima de Glasgow. Uno de los más reacios al acuerdo es el presidente chino, una de las grandes ausencias en Roma junto a la de Vladimir Putin. Una cumbre que, por cierto, será la última para Angela Merkel.