La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, escenificó este martes la tensión por el 'impeachment' contra Donald Trump tras el discurso del presidente sobre el Estado de la Unión, que la demócrata rompió en dos ante las cámaras después de que el presidente le negara el saludo.
Durante su alocución, el mandatario aprovechó la fractura que ha generado su juicio político para impulsar su campaña de reelección, con un discurso con tintes de mitin electoral en el que omitió cualquier referencia al 'impeachment'.
Lo pronunció ante los mismos senadores que este miércoles votarán para, previsiblemente, absolverle de todos los cargos que enfrenta por sus presiones a Ucrania, ya que los republicanos tienen mayoría en el Senado.
La crispación que ha ocasionado el proceso de destitución flotó en el aire durante todo el acto y el ejemplo más gráfico fue su interacción con Pelosi, que fue precisamente quien impulsó la investigación contra él por el 'Ucrania Gate'.
En el discurso sobre el Estado de la Unión de 2019, la presidenta de la Cámara de Representantes ya protagonizó un comentado momento por su sarcástico aplauso a Trump cuando él pidió más "cooperación" bipartidista. En esta ocasión, ha sido la frialdad entre ambos lo que más ha llamado la atención de los medios norteamericanos.
A su llegada al hemiciclo, el republicano le entregó una copia del discurso y Pelosi le tendió la mano, pero Trump se dio la vuelta sin estrechársela, un gesto que ha sido interpretado como "vengativo" por Aaron Kall, experto en Comunicación Política de la Universidad de Michigan.
Sin embargo, fue Pelosi quien tuvo la última palabra en este simbólico enfrentamiento, cuando al final del acto agarró la copia de la alocución que le había entregado Trump y la rompió en dos a la vista de las cámaras, un gesto que justificó ante la prensa diciendo que le pareció "lo más cortés que podía hacer" después de ese discurso "tan sucio".
El episodio revela el punto al que ha llegado la polarización en el Congreso en la última fase del juicio político, y dejó claro que, a nueve meses de las elecciones en las que busca la reelección, Trump ha dejado atrás cualquier llamamiento al bipartidismo.