Edmundo González Urrutia, el líder opositor venezolano, ha llegado a Madrid tras pasar más de un mes en la clandestinidad. El pasado 5 de septiembre, abandonó la embajada de Países Bajos en Venezuela, donde había solicitado refugio luego de las disputadas elecciones del 28 de julio. A partir de ese momento, González inició un periplo para mantenerse a salvo y evitar ser detenido por las autoridades del régimen de Nicolás Maduro.
"Mi salida de Caracas estuvo rodeada de episodios, de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida", declaró González al llegar a la capital española. El político agradeció las múltiples muestras de solidaridad recibidas y se mostró decidido a continuar la lucha por la democracia en Venezuela. "Confió en que próximamente continuaremos la lucha por la libertad", añadió.
El 28 de julio, los venezolanos acudieron a las urnas en unas elecciones que la Comisión Electoral rápidamente declaró como una victoria a Maduro, a pesar de que las actas en poder de la oposición sugerían lo contrario. González, quien se encontraba como candidato opositor, solicitó asilo en la embajada neerlandesa al día siguiente, en medio de una ola de detenciones de otros opositores.
Desde la embajada, González Urrutia mantuvo su activismo, utilizando las redes sociales y vídeos para denunciar las irregularidades del proceso electoral. Sin embargo, a finales de agosto, las instituciones bajo el control de Maduro emitieron una orden de captura en su contra por no presentarse a declarar en un proceso judicial relacionado con un presunto fraude fiscal.
Finalmente, el pasado jueves, tras un intenso trabajo diplomático, González dejó Venezuela con la ayuda de la Fuerza Aérea española. Tras un largo viaje con varias escalas, llegó a Madrid, donde ha sido recibido como un símbolo de resistencia y esperanza para la oposición venezolana.