El poderoso huracán 'Harvey', de categoría 4, tocó tierra este sábado en Texas, estado al que amenaza con "inundaciones catastróficas" que representan un "peligro mortal", informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU.
'Harvey', el huracán más poderoso que llega a Estados Unidos desde Katrina, tocó tierra en la localidad de Rockport, 45 kilómetros al noreste de Corpus Christi, con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora. El huracán avanzaba en dirección noroeste a una velocidad de 11 kilómetros por hora y se prevé que en las próximas horas empiece a debilitarse y se siga moviendo por el sureste de Texas más lentamente.
Los meteorólogos del CNH prevén inundaciones devastadoras provocadas por las fuertes lluvias y la marejada ciclónica en la costa central y norte de Texas. Uno de estos meteorólogos, Scott Stropling, explicó que 'Harvey' es un "grave riesgo" y una "amenaza para las vidas humanas".
"La marejada ciclónica y los vientos de fuerza de huracán son nuestra mayor preocupación inicial" sobre 'Harvey', que "durante días arrojará intensas lluvias con acumulaciones muy altas de agua a lo largo del centro y este de Texas", añadió Stripling.
Aunque los meteorólogos del CNH preveían que 'Harvey' tocase tierra como huracán de categoría 3 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson, de un máximo de 5, el huracán se fortaleció a cuatro horas antes de llegar a Texas. Wilma fue el último huracán que golpeó territorio estadounidense como huracán mayor (categoría 3), cuando en octubre de 2005 azotó la costa suroeste de Florida y atravesó la península, donde dejó daños por 16.800 millones de dólares y cinco víctimas mortales, para un total de 22 fallecidos.
Stripling reiteró la enorme preocupación de los meteorólogos por las "zonas críticas" de la costa de Texas más expuestas a la "marejada ciclónica con la subida del mar", lo que "exacerbará las inundaciones". Antes de la llegada del huracán se emitió una orden de evacuación obligatoria en los siete condados de la costa de Texas desde Corpus Christi hacia el oeste, hasta Galveston Island, que afecta a decenas de miles de residentes, con la advertencia de las autoridades de que "no se garantiza el rescate" de aquellos que decidan quedarse en sus hogares.