El presidente estadounidense, Joe Biden, ha considerado que su polémico saludo con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, al que EE.UU. acusa del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, no es un tema importante.
Así se ha expresado a su llegada a la Casa Blanca tras su gira por Oriente Medio, cuando la prensa le preguntó si se arrepentía de haber chocado el puño con bin Salmán al inicio de una reunión en Yeda (Arabia Saudí).
"¿Por qué no me preguntan algo que importe? Responderé a cuestiones que importen", ha declarado el líder demócrata.
La imagen del viaje fue el choque de puños entre Biden y Bin Salmán después de que, durante la campaña para las elecciones de 2020, el demócrata prometiera que trataría a Arabia Saudí como un "paria" en la escena internacional y haría pagar a sus líderes por la muerte de Khashoggi.
Pese a la necesidad de reparar relaciones, sobre todo por el petróleo, Biden aseguró haber mencionado el asesinato de Khashoggi durante su cara a cara con Bin Salmán e intentó dejar claro que Estados Unidos siempre abogará por los derechos humanos, aunque a veces tenga que defender también otros de sus intereses.
"Guardar silencio sobre los derechos humanos para un presidente estadounidense es algo que es inconsistente con quiénes somos y quién soy yo. Yo siempre defiendo nuestros valores", se escudó Biden ante las críticas tras reunirse con Bin Salmán.
Sin embargo, las autoridades saudíes han negado que ese tema estuviera encima de la mesa y que Khashoggi fuera mencionado, avivando la polémica del antiguo "paria" para EEUU.