La Policía de Filipinas mató a un hombre por supuestamente enfrentarse a unos agentes al saltarse la cuarentena por el COVID-19.
Según el informe policial, la víctima, identificada como Winston Ragos (un militar retirado de 34 años), apuntó con un arma a los agentes cuando le pidieron que se fuera a su casa, por lo que aseguran tuvieron que disparar en defensa propia.
El pasado 1 de abril, el presidente Duterte instó a la Policía y el Ejército "disparar a matar" a todos lo que no cumplieran con las nuevas regulaciones durante la cuarentena, unas palabras que causaron gran indignación.
La madre de la víctima aseguró a medios locales que su hijo sufría estrés postraumático después de haber servido en el Ejército durante la batalla de Marawi, en el sur de Filipinas, que enfrentó a fuerzas gubernamentales con yihadistas durante cinco meses en 2017.
En una grabación de la cámaras de seguridad de la zona se puede ver a los vecinos del barrio tratando de evitar que la Policía dispare a la víctima. Unas imágenes difundidas en redes sociales bajo el hashtag #JusticeForWinstonRagos y que también ha compartido el corresponsal en Filipinas de la CNN.
"Señor, no está en su sano juicio, simplemente déjelo ir", dijo un vecino al agente, a lo que éste respondió: "No nos moleste y ocúpese de sus propios asuntos. Tenemos que matarlo", declaró un testigo a los medios.
Otro testigo señaló que la víctima no llevaba ninguna pistola cuando la Policía registró sus pertenencias.
"Este asesinato muestra que la orden del presidente de disparar a matar y la amenaza de una toma de control estilo ley marcial no son meras exageraciones: ya hemos escuchado eso durante la sangrienta guerra contra las drogas", lamentó la secretaria general de Karapatan, una red nacional de organizaciones de Derechos Humanos.