Las restricciones por las políticas de Covid cero del Gobierno chino llevan meses provocando quejas y protestas entre los ciudadanos. Unas protestas que se han multiplicado en las últimas semanas con miles de personas abandonando sus puestos de trabajo y manifestándose en las calles al ser confinadas fábricas enteras por un solo caso de Covid-19.
¿Por qué es importante? El gigante asiático ha vuelto a incrementar las restricciones por el Covid-19 solo unas semanas después de reducirlas muy ligeramente. Un pequeño relajamiento del Gobierno chino que ha durado poco. El aumento de casos de coronavirus en el país ha vuelto a activar todas las alarmas. Prueba de ello es la situación de los trabajadores de Foxconn, principal proveedor de la estadounidense Apple.
- Tras casi un mes encerrados en el interior de la fábrica, los trabajadores del principal ensamblador de iPhone en China salieron del edificio en plena madrugada protagonizando fuertes enfrentamientos con los policías. Los agentes vigilaban el cumplimiento del confinamiento del edificio tras detectarse un nuevo brote el pasado mes de octubre.
- Los trabajadores se quejan de las malas condiciones en que están viviendo este aislamiento obligatorio: sin apenas comida, con montañas de basura que se acumulan sin que nadie las recoja, con salarios bajos y sin poder salir de la fábrica.
- Cientos de personas se enfrentaron con los agentes que, vestidos con EPI, trataban de retener a los manifestantes. Varios trabajadores resultaron heridos durante estas protestas en la provincia de Zhengzhou, en el este del país.
Este no es el primer problema en la sede de Foxconn. Cuando comenzó su encierro en octubre, varios miles de trabajadores abandonaron la fábrica saltando las vallas para ir a sus hogares. Un trayecto que hacían a pie por las paralizaciones del transporte público en la ciudad. La empresa anunció entonces subidas salariales y bonificaciones para atraer a los empleados que habían abandonado sus puestos. La planta precisaba contratar a unos 10.000 trabajadores más para normalizar su cadena de producción.
El contexto. Las políticas de Covid cero del Gobierno chino llevan vigentes desde que comenzó la pandemia de coronavirus. Dos años después, el aislamiento de los contagiados y sus contactos sigue siendo obligatorio, continúan las restricciones de movilidad y los estrictos controles fronterizos, además de las continuas campañas masivas de test a la población.
Desde 2020, las grandes fábricas y empresas en China aplican estrictas medidas anticovid. Se han instaurado "circuitos cerrados" para el personal, que mantiene a los trabajadores aislados durante largas temporadas en las mismas instalaciones. Una medida con la que intentan evitar contagios exteriores y poder mantener así la producción sin que la empresa sufra grandes pérdidas. Pero estos encierros han provocado ya numerosos conflictos en todo el país:
- En el mes de mayo, cientos de trabajadores de una fábrica de Shanghái se enfrentaron al personal de seguridad tras pasar meses sin ningún contacto con el mundo exterior.
- Durante el mes de marzo, cerca de 345 millones de personas de 46 ciudades distintas estaban afectadas por confinamientos totales o parciales.
Y mientras tanto… El resto del mundo continúa aprendiendo a vivir con el Covid-19. Con la mayor parte de los países aplicando una política de convivencia con el virus, China se ha quedado sola en su particular e implacable lucha contra el coronavirus.
- Sus polémicas medidas, rechazadas por muchos de sus ciudadanos, son cada vez más difíciles de mantener, tal y como ha asegurado en 'Al Rojo Vivo' el profesor de ICAE y de la Universidad Complutense, Miguel Sebastián: "Es muy difícil mantener una política de covid zero cuando tienes a todo el mundo a tu alrededor con una política muy distinta que es, prácticamente, dejar a la gente que se contagie".
- Pero el gigante asiático mantiene firme su plan anticovid, un plan que, asegura Sebastián, no busca evitar los casos de coronavirus, sino las muertes por culpa del virus.
¿Qué podemos esperar? Las políticas de Covid cero de China llevan dos años afectando directamente a la economía del país asiático y a la de todo el mundo. Con los nuevos problemas en la planta de Foxconn, la crisis se traslada, directamente, al gigante tecnológico Apple.
En esta fábrica de Zhengzhou se producen, aproximadamente, cuatro de cada cinco teléfonos de última generación de la marca estadounidense, sobre todo el recién lanzado iPhone 14 Pro. Desde Apple ya habían advertido que sus teléfonos más nuevos de alta gama podrían ver limitada su producción justo para la temporada alta de compras en plena campaña navideña.
Tanto desde Foxconn como desde Apple han asegurado estar trabajando ya para reemplazar al personal que abandonó la fábrica de China para poder así reanudar la producción lo antes posible.