La Unión Europea pone fin a las restricciones geográficas en la venta de muchos productos y servicios ofrecidos en Internet como muebles y dispositivos electrónicos, alojamiento de páginas web (web hosting), entradas o reservas de hoteles. Hasta ahora la ley permitía a las plataformas tratar de manera desigual y ofrecer tarifas diferentes a los consumidores dependiendo del país desde el que se gestionase la compra o lugar de conexión.
Los productos protegidos por los derechos de autor, como libros electrónicos o productos audiovisuales, no están incluidos por el momento en estas normas. Sin embargo, el Parlamento ha exigido a la Comisión Europea que realice una evaluación de la situación en el plazo de dos años con vistas a incluirlos. También han quedado fuera el transporte.
El objetivo de esta nueva reforma es asegurar a los usuarios condiciones igualitarias las de los compradores locales. “Ningún vendedor en la UE podrá decirnos ya que rechaza vendernos un producto por nuestra nacionalidad o lugar de residencia", ha declarado la eurodiputada polaca Roza Thun (PPE), responsable del dossier en la Eurocámara.
Actualmente, los usuarios encuentran con frecuencia problemas como ser bloqueados por su nacionalidad o lugar de residencia. También se quiere acabar con el hecho de que se imponga un trato diferente en función del país de emisión de la tarjeta utilizada para el pago por el usuario.
Más de la mitad de los europeos realizaron alguna compra el pasado año a través de Internet, según los últimos datos de la Oficina europea de estadística (Eurostat), a pesar de que, según otro estudio de la Comisión Europea de 2016, solo el 37% de los compradores lograron hacerlo sin encontrar "bloqueos geográficos". Éste se daba habitualmente se daba en electrodomésticos (86%) y en las entradas de eventos deportivos (40%).