El Gobierno portugués ha declarado este martes situación de "calamidad" en los municipios afectados por los incendios en el norte y centro del país, que desde el fin de semana dejan cinco fallecidos, 118 heridos y miles de hectáreas quemadas. Aveiro sigue siendo la zona más afectada, mientras el primer ministro, Luís Montenegro, no descarta recurrir al Fondo de Solidaridad de la Unión Europea (UE).
Entre los muertos, hay cuatro bomberos y un civil. Tres de los bomberos de Vila Nova de Oliveirinha, en Tábua, murieron mientras se dirigían a combatir un incendio en el municipio, después de que su vehículo quedara envuelto en llamas.
En cuanto a la medida de situación de calamidad fue decidida en un consejo de ministros extraordinario para poder dar "apoyo inmediato y urgente" a los afectados por los fuegos y mantener toda la operación de combate, ha explicado Montenegro después de la reunión. La situación de calamidad es una figura legal que en Portugal se puede aplicar en catástrofes de gran dimensión para adoptar medidas de carácter excepcional destinadas a prevenir, actuar o reponer la normalidad.
Montenegro ha explicado que se va a trabajar en dar alojamiento y bienes de primera necesidad a los evacuados, así como apoyo financiero, para lo que se está realizando un análisis de los daños causados por el fuego, que ha arrasado casas y empresas. Además, no ha descartado recurrir al Fondo de Solidaridad de la UE y prometió mano dura contra los ciudadanos que provoquen fuegos.
"No vamos a escatimar esfuerzos en la acción represiva. No podemos perdonar a quien no tiene perdón", ha asegurado el primer ministro, que ha explicado que el Ejecutivo ha pedido a la Fiscalía la creación de un equipo de investigación criminal de incendios. La Guardia Nacional Republicana (GNR) anunció hoy que, entre el 14 y el 17 de septiembre, detuvo a siete personas por delito de incendio forestal. La Policía Judicial también ha realizado varias detenciones por el mismo crimen.
El consejo de ministros de este martes estuvo encabezado por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que señaló que, con los esfuerzos de combate y la previsión de que la meteorología vaya mejorando, se puede esperar que el fin de semana la situación esté "muy lejos" de lo vivido estos días.
Aveiro sigue siendo la zona más afectada. Asimismo, se han evacuado dos residencias de ancianos en Águeda, así como un hotel en Oliveira de Azeméis y otras granjas en Oliveira do Hospital, según informa Publico. Mientras, la superficie quemada en Portugal continental desde el domingo supera las 62.000 hectáreas.