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Estados Unidos

Los pueblos desiertos por miedo a las redadas de migrantes de Trump: "Están asustados, no quieren salir"

Las causas Más de un centenar de migrantes han sido arrestados en Colony Ridge, un pueblo cerca de la frontera con México, donde el miedo a una deportación ha hecho que muchas personas hayan huido o cerrado sus negocios. Esta situación se da en otras muchas poblaciones de EEUU.

Colony Ridge, uno de los pueblos fantasma tras la amenaza de redadas de Donald Trump.

Es un pueblo fantasma. Se llama Colony Ridge, y está en Texas (Estados Unidos), muy cerca de la frontera con México. La mayoría de los vecinos y propietarios de los comercios se han ido o han cerrado sus negocios. Todos son migrantes, unos con papeles y otros no, pero todos tienen miedo a la deportación desde que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) haya arrestado hasta 117 personas solo en esta semana.

Las consecuencias de esta redada, que forma parte de la política migratoria del país desde la llegada de Donald Trump, ha sido que esta localidad se convierta en algo más parecido a un pueblo abandonado. Y no es el único. Esto está pasando también en otros lugares de Estados Unidos, también cerca de la frontera, como Arizona o Los Ángeles.

Calles vacías por las que nadie pasea, negocios están cerrados... Nadie se atreve a salir de casa, pues si lo hacen pueden ser detenidos por las patrullas fronterizas, como reflejan los propios vecinos: "Me da miedo", dice Coral, dueña de una taquería ambulante en Texas, a la televisión estadounidense ABC News. Ella cree que terminará echando el cierre por falta de clientes.

"Investigación criminal a gran escala"

Colony Ridge, a las afueras de Houston, es uno de los pueblos más vigilados al tener un alto porcentaje de migrantes, aunque ahora parece una ciudad abandonada, como atestigua César Espinosa, vecino de la localidad: "Vas a ver áreas que se han convertido en pueblos fantasmas", explica.

La guardia busca personas indocumentadas a las que detener y esto hace que muchos falten a sus trabajo y los negocios locales se resienten. No es para menos. Las autoridades federales dicen que esta ha sido solo la "fase uno" de una "investigación criminal a gran escala". El gobernador de Texas ha sacado pecho de sus detenciones y el zar de la frontera habla de "operación contra criminales".

Según testimonios de residentes de la zona y activistas a Efe, los agentes colocaron retenes de vehículos en las principales vías de la comunidad, detuvieron a personas en sus casas y visitaron negocios latinos -como panaderías o talleres mecánicos- avisándoles que el Gobierno inspeccionará el estatus legal de los trabajadores.

Esta fiebre antimigratoria lleva incluso a detenciones injustificadas, como la de Nicolás, un ciudadano que fue detenido porque su nombre coincidía con el de un exconvicto: "No es justo. Es devastador. Están destrozando familias", explica Lorraine, su esposa. Ni ella ni sus hijas han vuelto a saber de él desde entonces.

Colony Ridge ha estado en el foco de la atención del Partido Republicano desde hace al menos dos años, después de un tiroteo que dejó cinco muertos y que fue cometido por un hombre que no tenía un estatus migratorio en el país, apunta Efe.

El operativo se enmarca en una campaña a nivel nacional, liderada por el presidente Donald Trump, de detener a las personas que viven en EE.UU. sin un estatus migratorio legal y cumplir con la promesa de "deportaciones masivas" que lo aupó al poder. Solo en la primera semana el ICE detuvo al menos a 2.382 inmigrantes indocumentados y cursó 1.797 órdenes de captura contra ciudadanos susceptibles de ser deportados, según sus propias cifras.