Vladímir Putin estaría dispuesto a detener la guerra en Ucrania con un alto el fuego negociado que reconozca las actuales líneas del frente, quedándose así con el territorio ucraniano del que se ha apoderado en el transcurso de la invasión que lanzó en febrero de 2022.
Así lo apuntan cuatro fuentes rusas citadas por la agencia Reuters, que no obstante advierten de que el presidente ruso también está preparado para continuar la guerra si Kyiv y Occidente no responden.
Tres de esas fuentes, cercanas a discusiones en el círculo más próximo a Putin, indican además que el mandatario ha expresado su frustración a un reducido grupo de asesores sobre lo que ve como intentos respaldados por Occidente de obstaculizar las negociaciones y la decisión del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de descartar esas conversaciones.
"Putin puede luchar tanto tiempo como haga falta, pero también está listo para un alto el fuego, para detener la guerra", ha indicado una de las fuentes, que, siempre según la citada agencia, es alguien que ha trabajado con el propio Putin y conocedor de conversaciones de alto nivel en el Kremlin.
Reuters ha hablado con hasta cinco fuentes que han trabajado con Putin a un alto nivel en el ámbito político y empresarial y todas ellas han pedido permanecer anónimas. Una quinta fuente, precisa la agencia, no ha realizado declaraciones sobre la posibilidad de detener la guerra en las líneas de frente actuales.
¿Qué supondría?
Todas las fuentes con las que ha hablado Reuters coinciden en la idea de que quedarse con el territorio ucraniano logrado en batalla es una condición innegociable para el presidente ruso, pero cuatro de ellas señalan que estaría dispuesto a 'conformarse' con el territorio que tiene ahora y parar el conflicto en las actuales líneas del frente.
De esta forma, señala una de esas fuentes, Putin dirá que Rusia ha ganado la guerra, que la OTAN les atacó y el país pudo mantener su soberanía y que ahora tiene un corredor terrestre hasta Crimea.
Detener el conflicto tal y como están ahora las líneas de frente supondría que Rusia se quedaría con parte sustancial de cuatro regiones ucranianas que formalmente incorporó al país en septiembre de 2022, pero sin tener control total de ninguna de ellas: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.
Este hipotético acuerdo no alcanzaría los objetivos que Moscú se fijó en su momento, cuando dijo que las cuatro regiones le pertenecían en su totalidad. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, por su parte, ha rechazado devolver esas cuatro regiones a Ucrania, que -dice- ahora forman parte de Rusia de forma permanente según su propia Constitución.
Peskov no ha confirmado explícitamente la supuesta disposición de Putin a paralizar la guerra, limitándose a indicar que el presidente ruso ha reiterado en varias ocasiones que Rusia está abierta al diálogo para lograr sus objetivos y que el país no desea "una guerra eterna".
Las autoridades ucranianas, a su vez, no se han pronunciado. Zelenski, sin embargo, ha insistido una y otra vez en rechazar un acuerdo de paz en los términos de Putin y mantiene su promesa de recuperar los territorios ocupados, incluyendo Crimea, que Rusia se anexionó en 2014.
Putin cree tener suficiente para 'vender' una victoria
Putin, recientemente reelegido para un quinto mandato, reemplazó recientemente a su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, pero las fuentes consultadas por Reuters han indicado que el presidente preferiría utilizar el impulso actual de Rusia para dejar atrás la guerra y no se han referido al nuevo titular de Defensa, Andrei Belousov.
Dos de esas fuentes señalan que Putin cree que sus logros en la guerra hasta ahora son suficientes para vender una victoria a la población rusa. Tres de las fuentes indican además que es consciente de que para conseguir nuevos avances significativos sería necesaria una movilización a escala nacional, algo que no desea.