La contraofensiva ucraniana en el Donbás ha comenzado a crear divisiones en Moscú. Putin ha dejado de ser un líder fuerte para su ciudadanía. Ahora pesan más sus fracasos, explica la socióloga e historiadora rusa Elena Bogush. El repliegue de las tropas rusas de los últimos días es visto como síntoma de debilidad.
En este contexto, el líder del Partido Comunista ruso, Gennady Zyuganov, va más allá: ha pedido una movilización general de tropas. "No es una operación especial. Estamos enguerra", argumenta. Esta propuesta - con la que el líder ha pronunciado una de las palabras prohibidas - conllevaría el traslado a Ucrania de varones sin preparación militar. Es decir, gente poco equipada que defendería el frente a costa de convertirse en una picadora de carne, explica el director de The Political Room, Iago Rodríguez.
La movilización general supondría poner todos los recursos del estado al servicio de la guerra. En otras palabras: tomar el control de fábricas y reclutar a millones de personas. "Supondría la movilización de determinadas clases sociales que se verían dañadas por esta guerra", explica Eduardo Saldaña, codirector de Orden Mundial. Desde el partido comunista ya han matizado las palabras de su líder: defienden que solo se refería a movilizar recursos. Por su parte, el Kremlin ha descartado el reclutamiento general pese a la retirada de tropas.
Hasta ahora, iban al frente varones de clase social baja, como, por ejemplo, granjeros de regiones remotas. Sin embargo, la militarización del país conllevaría la llamada a filas de personas de todos los estratos sociales. La antropóloga rusa Alejandra Arjipova asegura que sería un drama para la gente, pues afectaría a todas las casas.
Mientras tanto, el ejército ucraniano se ha mostrado este miércoles victorioso en la ciudad liberada de Izum. Allí, ante la atenta mirada de Zelenski, ha vuelto a a ondear la bandera de Ucrania.