El presidente de Rusia, Vladímir Putin, realizará el próximo martes, 3 de septiembre, una visita oficial a Mongolia pese a la orden de arresto de la Corte Penal Internacional que pesa sobre él y que el país asiático debería ejecutar.
El mandatario ruso tiene previsto reunirse en Ulán Bator con su homólogo mongol, Ukhnaa Khurelsukh, con quien "intercambiará opiniones sobre las relaciones bilaterales y la cooperación", según ha informado este viernes la agencia oficial mongola Montsame. Además, participará en un evento conmemorativo por el 85º aniversario de la batalla del río Khalkh, en la que tropas soviéticas y mongolas se enfrentaron a fuerzas japonesas.
Será la primera visita de Putin a un Estado miembro de la Corte Penal Internacional desde que este organismo emitiese el año pasado una orden de detención contra el mandatario ruso por presuntos crímenes de guerra en Ucrania, una decisión criticada por Moscú.
El Kremlin no teme una detención
El Kremlin, no obstante, niega temer una detención del mandatario durante esta próxima visita oficial. "No, no estamos preocupados (...) Tenemos un magnífico diálogo con nuestros amigos de Mongolia", ha zanjado el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, al ser preguntado este viernes al respecto. Peskov ha añadido que "todos los aspectos de la visita ha sido preparados minuciosamente".
No obstante, en 2023 Putin decidió no asistir a la cumbre del grupo de economías emergentes BRICS que acogió Sudáfrica por temor a ser arrestado. "Putin entiende el dilema al que se enfrenta Sudáfrica, pero no quería poner en peligro la cumbre o crear problemas para Sudáfrica", declararon entonces las autoridades sudafricanas.
Mongolia, pese a haber sido un satélite de la URSS durante la existencia del país soviético, ha reforzado desde mediados de la década de los años 90 los lazos con Estados Unidos y la vecina China, ambos interesados en sus abundantes recursos minerales.