El Ejército israelí anunció este martes la toma del lado gazatí del paso fronterizo de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, colindante con Egipto y el único que no estaba hasta hoy controlado por el Estado judío. Controlado y gestionado por las autoridades de Egipto, el Gobierno de este país lidiaba en los últimos años con el grupo islamista Hamás para supervisar quiénes entraban y salían de Gaza, pero todo cambió a partir del pasado 7 de octubre, cuando empezó la guerra en el enclave palestino.
Estas son las claves de la importancia del paso fronterizo y de este movimiento israelí en su ofensiva contra la Rafah palestina.
Rafah, la principal vía humanitaria
Desde 2007 Israel somete a Gaza a un bloqueo terrestre, marítimo y aéreo, por lo que Rafah -un paso terrestre para personas, pero no para mercancías- es el enlace vital entre el territorio asediado y el resto del mundo. Tras el ataque de Hamás en territorio israelí del 7 de octubre, que dejó unos 1.200 muertos, Israel cerró todos sus pasos a Gaza y dejó a Rafah como única entrada para la ayuda humanitaria. En su asalto al territorio palestino, Israel ha dejado más de 34.000 muertos -casi la mitad niños-.
Israel bombardeó el lado palestino de Rafah hasta en cuatro ocasiones al principio de la guerra, lo que obligó a Egipto a mantener suspendido el cruce durante los primeros días del conflicto y a reparar los daños en tiempo récord para adaptarlo al paso de mercancías.
Control de entrada
Pese a que Rafah no estaba bajo control directo de Israel, el Estado judío ha ejercido un dominio absoluto sobre lo que entraba al enclave. Todo camión de ayuda tiene que pasar por un control israelí, que se encarga de decir sí o no a los productos que ingresan. Varias toneladas de ayuda, vitales para el día a día, han sido rechazadas por decisión israelí.
Vía de salida
Rafah también es la vía por la que los gazatíes con doble nacionalidad, con familiares en Egipto o egipcios, o los que han podido pagar unas "tasas de coordinación" han podido escapar del conflicto al país de los faraones. Cada noche las autoridades del cruce en el lado palestino publican un listado con las personas que han sido aprobadas, cuya solicitud y aceptación puede durar varias semanas, para poder cruzar al Sinaí, entre las que se incluyen los heridos graves que posteriormente son trasladados a hospitales de Egipto, de Emiratos Árabes Unidos, de Italia o de Catar, entre otros. Ahora, con la bandera israelí izada en el lado palestino de Rafah, el movimiento de personas y de ayuda humanitaria puede verse impactado, lo que agravaría aún más la devastación que sufre el enclave mediterráneo.
De un control a otro
La historia del dominio de este paso fronterizo refleja la inestabilidad por la que durante décadas ha vivido esta zona. Israel invadió la península del Sinaí en la Guerra de los Seis Días de 1967, pero luego se la devolvió a Egipto en el tratado de paz que ambos países firmaron en 1979. Los últimos soldados israelíes salieron del Sinaí en 1982.
Israel controlaba el cruce de Rafah hasta 2005, cuando se retiró de Gaza. Así, el paso quedó bajo control de Egipto, de la Autoridad Nacional Palestina y de la Unión Europea, que lanzó ese año la Misión de asistencia fronteriza de la Unión Europea (EUBAM, en inglés) con el objetivo de supervisar las operaciones fronterizas de Rafah y fomentar la confianza entre Israel y el gobierno palestino.
Sin embargo, esta confianza terminó en 2007, al igual que la misión europea, tras la toma del poder en Gaza por parte de Hamás. Egipto también decidió entonces cerrar el paso por motivos de seguridad y desde entonces estuvo prácticamente sellado, con la sola excepción del paso intermitente de palestinos. Ante el bloqueo, floreció el contrabando en la zona fronteriza y todo tipo de mercancías, también armas, se introducían ia través de una extensa red de túneles que atraviesan la frontera.