En Rusia, la gente no habla de política tan campechanamente como en España. "No critican a Putin tan abiertamente como lo hacemos los españoles con Pedro Sánchez o lo hacíamos con Casado". La gente en Rusia tiene miedo a expresar su opinión en situaciones cotidianas. Pocos lo hacen pero, afortunadamente hay gente que habla. Miquel Lluís Beltrán Campaña es profesor de Historia en un instituto público de Moscú, donde vive desde hace unos años. Conoce el conflicto de cerca y en sus dos versiones: la rusa y la ucraniana. O mejor dicho, conoce todas las posturas que hay en estos dos países porque no hay solo dos versiones.
En Rusia hay un sentimiento nacionalista parecido a Estados Unidos. Pese a ello, este jueves hubo respuesta de parte de la sociedad en forma de manifestaciones en algunas ciudades, como Moscú y San Petersburgo. Unas concentraciones que acabaron con 1700 detenidos en unas horas. Manifestarse en Rusia es complicado. "Hay una Ley de manifestaciones que en diversos artículos se parece a la Ley Mordaza española. Los piquetes se deben de hacer de una persona. Si hay dos personas sujetando un cartel la policía puede intervenir. No podíamos esperar que hubieran manifestaciones masivas de No a la guerra, como en España cuando tuvo lugar la invasión de Irak". Llegados a este punto, el docente rescata un dato que le parece significante: "No a Putin fue este jueves número dos en Twitter".
También hay nacionalismo. Hay apoyo a Putin. Esto se explica de la siguiente manera: la desaparición de la Unión Soviética preocupay mucho a una parte de los rusos. Sobre todo, entre las generaciones que la vivieron (personas a partir de los 45-50 años). Así lo recogen las encuestas que realizan centros estadísticos o medios de comunicación en Rusia. También lo ha señalado el propio Putin: "La mayor catástrofe geopolítica del siglo XX".
Depende de con quien hables, señala el profesor. ""Puedes escuchar discursos que señalan que Ucrania fue una parte esencial dentro de la Unión Soviética y que apuntan a una unidad étnica y cultural de rusos y ucranianos". En el fondo hay un reconocimiento de la grandeza de la Unión Soviética como imperio plurinacional y multicultural. La idea de imperio no ha cambiado. Hay gente orgullosa de este pasado imperial, algunos se decantan más por el aspecto de la Unión Soviética, desde una óptica comunista y otros desde una óptica puramente nacionalista. Pero todos están orgullosos de la victoria sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial, algo que le reconocen a Stalin, y que lo hacen rusos de diversa sensibilidad política".
Eso sí, insiste en que la sociedad rusa tiene miedo a opinar. "En general la gente tiene miedo. Prefiere pasar por encima del tema, prefiere no tratarlo, ya sea al hablar de memoria histórica o de Putin. Por ejemplo, ayer en clase una de mis alumnas, de 17 años, me dijo al entrar que estaba muy triste por la invasión y que la gente se tenía que movilizar. Luego vino otra chica y dijo que a ella no le afectaba en nada. Había gente en clase que se pronunciaba, otros no". El profesor de historia asegura que la situación es todavía más exagerada con los adultos, con sus compañeros de trabajo. "Es una situación que yo en España no había vivido. La gente tiene miedo a perder sus trabajos". Así, recuerda que se expulsaron de colegios y de universidades a profesores y alumnos que había participado en las movilizaciones en defensa de Navalni. "Tengo una alumna a la que fueron a casa a explicarle el articulo del código penal por haber participado en la manifestación", añade.
"A pesar de esto existe la disidencia y en la gente joven afortunadamente cada vez más". Eso sí, hay mucha gente que apoya al putinismo. La respuesta esta en el contexto histórico de Rusia. La década de los 90 fue una época desoladora para Rusia. "Moscú estaba controlada por bandas a cargo de diversos oligarcas que esquilmaron los recursos del país y se vivía una situación económica crítica. Mi suegro me ha contado que hacía colas de horas y horas para conseguir leche en polvo", relata el docente. El historiador cree que cuando Putin llegó tuvo suerte con la coyuntura económica internacional. "Rusia desde entonces no ha hecho más que recuperarse, evidentemente con crisis cíclicas. Si comparamos a Rusia con lo que era en los 90 y ahora, no tiene que ver. Eso ha jugado a su favor. Para mucha gente Putin es quien ha recuperado a Rusia de la crisis económica y ha restaurado el papel del país como un agente importante en el contexto internacional, después de la humillación nacional que supuso la desaparición de la URSS".
El historiador señala que la "recuperación" de Crimea también le hizo ganar apoyos. "Hubo un momento de exaltación nacionalista. Obviamente, la actuación de la Unión Europea y EEUU mediante sanciones han exacerbado más si cabe este sentimiento nacionalista en parte de la población rusa". Sin embargo, el historiador reconoce que esta popularidad desde hace unos años se esta viniendo a bajo de manera muy importante. "Desde Crimea y Ucrania, Rusia ha vivido una situación muy difícil con las sanciones. Esto ha dificultado su crecimiento económico pero, se ha mantenido. Por otro lado, el tema de Navalni ha afectado a Putin. Ha sido la punta del iceberg. También los escándalos de corrupción de Putin y de sus allegados. La represión".