Las elecciones de Estados Unidos están cada día más cerca. Kamala Harris, candidata demócrata, y Donald Trump, candidato republicano, se juegan la victoria en un país en el que cada voto cuenta y en el que hay varios estados que serán clave. Son los llamados 'estados bisagra'.
Y es que con varios territorios claros para uno como para otro (raro será que la demócrata gane en por ejemplo Texas o Utah y que el republicano lo haga en California o Minnesota), hay zonas en las que la cosa no está tan clara. Zonas que pueden ser para Harris o para Trump lo que Florida fue para George Bush en el año 2000.
Por 500 votos ganó, y al hacerse con ese estado logró el triunfo ante Gore en unas igualadísimas elecciones. Ahora, con ese estado más bien en rojo, hay otros que aparecen todavía por colorear y en los que se van a decidir las elecciones.
Siete estados clave
Son sitios como Nevada y Arizona. Como Pensilvania. O como Wisconsin y Michigan. También Carolina del Norte y Georgia aparecen en duda. Y es que varias son las claves que les convierten en 'estados bisagra'.
"Hay algunos sospechosos habituales, que siempre aparecen en las listas. Nevada es un estado equilibrado, pendular. Son estados que están en cambio continuo de composición demográfica, que combinan bastantes zonas rurales con suburbios y grandes zonas urbanas", dice David Gómez, analista de 'Orden Mundial'.
Y ganarlos no depende de lo mismo, como dice José Antonio Gurpegui, catedrático de Estudios Norteamericanos Instituto Franklin y Universidad Alcalá: "Arizona puedes hablar de migración. En Pensilvania, de industria. En Georgia, de inflación. En Michigan o Wisconsin, de los precios de los cereales".