Mahsa Amini fue la chispa que encendió la llama de la rebelión de las mujeres en Irán. En septiembre de 2022, la joven kurdo-iraní de 22 años fue detenida por la 'Policía de la Moral' iraní por no llevar bien puesto el hiyab o pañuelo islámico. Más tarde, trascendió que había fallecido, algo que, según las autoridades del régimen, se debió a un "ataque cardiaco".

Tras ser detenida, la familia de Mahsa fue informada de su traslado a una sede de la 'Policía de la Moral', que quería dar una "clase de educación y orientación" a la joven. Dos horas después, el hermano de Mahsa se percató de que su hermana estaba siendo llevada a un hospital en ambulancia, una situación que llegó después de que él y otros testigos escuchasen gritos desde el exterior de esa sede. "Han matado a alguien", se escuchó.

A partir de ese momento, comenzaron a aumentar las voces que reclamaban (y siguen reclamando) el fin del uso obligatorio del hiyab, así como de la represión de la 'Policía de la Moral' contra las mujeres. En cuestión de horas, miles de mujeres iraníes se sumaron a un movimiento en redes sociales en el que se cortaron el pelo y quemaron sus velos como protesta adicional ante un caso que fue considerado desde el comienzo como un abuso.

Miles de mujeres comparten en las redes vídeos cortándose el pelo y quemando sus velos en señal de protesta.

La familia continuó defendiendo que la joven fue arrestada y torturada por las autoridades. Pese a los intentos de ocultar lo ocurrido, Irán acabó eliminando la 'Policía de la Moral' que estuvo implicada en aquella situación.

Desde entonces, las manifestaciones se han sucedido en Irán, con miles de mujeres saliendo a las calles pese a la represión policial. Según las ONG, cuatro personas han sido ejecutadas, al menos 500 han muerto y 15.000 han sido detenidas a causa de estas movilizaciones.

En este tiempo, se ha llegado a ver la televisión estatal de Irán hackeada con una imagen de de Ali Khamenei entre llamas, con el mensaje 'Tus manos están manchadas de sangre'. Cuando acabó el ataque, de unos 10 segundos de duración, el presentador que conducía el programa que se estaba emitiendo dijo: "Telespectadores, les invito a seguir el resto de las noticias de hoy". En el hackeo, también se vieron dos palabras que se han visto en todas estas protestas: "Mujer" y "Libertad".

HACKEO IRAN

Las hostilidades han vuelto a dispararse esta semana con los casos de envenenamientos a niñas iraníes, con más de 1.000 alumnas intoxicadas tras percibir un olor de naranja podrida y productos de limpieza. Para el Gobierno de Irán, esto se trata de un intento más de revivir las protestas por la muerte de Mahsa, tachando los casos de "contaminación psicológica".

Más tarde, concretamente el lunes, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, concedió el perdón a más de 80.000 presos, incluidas personas detenidas durante las protestas. En la comparecencia de este perdón, las autoridades volvieron a eximir a las fuerzas de seguridad de la muerte de Amini, reconociendo excesos durante la represión de las protestas.

Irán también suspendió la publicación del diario 'Sazandegui', crítico con el Gobierno y vinculado al partido reformista del mismo nombre, por la publicación de "contenidos falsos". La decisión ha sido adoptada por el Consejo de Supervisión de la Prensa, que ha indicado que se debe a la "insistencia" del medio a la hora de "publicar contenidos falsos" y por "preocupar a la opinión pública durante los últimos meses", según ha recogido la agencia iraní de noticias ISNA.

Ana Baneira y Santiago Sánchez, españoles detenidos en Irán

Dos españoles han vivido en primera persona la dureza del régimen iraní. Ana Baneira Suárez, de 24 años, estuvo detenida en Irán hasta el 26 de febrero. Pese a que en un momento se pensaba que había formado parte de las protestas por la muerte de Masha, ella misma confesó que fue detenida mientras estaba "repostando en una gasolinera". "Mi motivo para entrar en Irán fue básicamente seguir mi viaje de mochilera", explicó, dejando claro que no es activista "de ninguna de las formas"

Quien sí que sigue en Irán es Santiago Sánchez Cogedor, detenido tras visitar la tumba de Amini. Sus familiares y amigos aseguran que mantienen contacto telefónico recurrente con él. Sánchez fue detenido en la ciudad kurda de Saqqez en octubre de 2022 durante su viaje a pie desde España para ver el Mundial de Qatar tras visitar y fotografiar la tumba de Mahsa Amini.