En sólo un día, Estados Unidos ha duplicado los contagios, registrando más de 194.000 en las últimas horas. Son las consecuencias de la variante delta, que en su mayoría está afectando a personas que aún no se han vacunado contra el COVID-19. Porque esta cepa se ha catalogado ya como la enfermedad respiratoria más contagiosa de los últimos 20 años, según el centro de control y prevención de enfermedades estadounidense.
Y sí, también afecta a las personas vacunadas. "Tiene diversas mutaciones que, por una parte incrementan la carga viral, y por otra, favorecen la penetración del virus en las células del huésped", ha explicado el epidemiólogo Salvador Peiró. Es comparable a la varicela o a un catarro común, y su alta carga viral hace que se propague con mucha facilidad. "Lo importante es vacunar con pautas completas. Esto es la clave: vacunar mucho y cuanto antes", ha añadido Peiró.
Porque, aunque ya se ha dicho muchas veces, es necesario seguir recordándolo: la vacunación es una de las medidas más eficaces para frenarla. Con casi el 50% de la población inmunizada, Joe Biden, presidente de EEUU, ha pedido que todos los funcionarios públicos del país se vacunen. Y Disney, en Florida, ha impuesto el mismo requisito a sus trabajadores. Porque la delta es la cepa global dominante y las expectativas, según la Organización Mundial de la Salud, no son mejores
"Esperamos que el número total de casos supere los 200 millones en las próximas dos semanas, y sabemos que es una subestimación", ha destacado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. Tokio ha ampliado el estado de emergencia hasta el 31 de agosto, pues allí los casos siguen aumentando en plenos Juegos Olímpicos . Y desde este sábado, Australia ha confinado Brisbane, la tercera ciudad más grande del país. Ya ha advertido de que no reabrirá sus fronteras hasta que no tenga el 80% de la población inmunizada.
Una situación derivada de una crisis sanitaria a escala mundial que ha generado oleadas de indignación en multitud de países. Como las protestas que se han dado en Malasia para pedir la dimisión de su primer ministro por su gestión de la pandemia. El país ha vuelto a batir un nuevo récord de contagios: casi 18.000 en un día. Y ni siquiera las férreas medidas en China han logrado esquivar esta variante.