El Reino Unido tendrá un nuevo sistema de inmigración después de la salida del país de la Unión Europea (UE) que dará prioridad a los trabajadores cualificados, como forma de controlar el ingreso de extranjeros, y dará prioridad al "talento y la experiencia", según un libro blanco del Gobierno.
El ministro británico de Interior, Sajid Javid, dará a conocer hoy un libro blanco sobre este sistema, en medio de la crisis que vive el Reino Unido por la incertidumbre sobre cómo el país se retirará de la UE en marzo de 2019, ya sea con un acuerdo negociado entre Londres y Bruselas o sin pacto alguno.
Según el libro blanco, que se hará público esta tarde aunque algunos detalles ya fueron adelantados hoy a los medios, el Gobierno no pondrá énfasis en el país de procedencia de los inmigrantes, sino en que sus cualificaciones sean las que necesita el país.
El nuevo sistema no tendrá como objetivo reducir la inmigración a menos de 100.000 personas al año, como lo tenía hasta ahora. "Estamos cumpliendo con las claras instrucciones de asumir el control de nuestras fronteras e introducir un nuevo sistema que funcione para interés del pueblo británico", afirmará hoy Javid, según extractos de su discurso adelantados el Gobierno a los medios.
"Será un sistema único, basado en las habilidades y construido en torno al talento y la experiencia que la gente puede traer, en vez de dónde proceden, obteniendo el máximo beneficio de la inmigración y demostrando que el Reino Unido está abierto a los negocios", dirá. En unas declaraciones hoy a la BBC, Javid recalcó que el libro blanco no incluirá un "objetivo específico" sobre la reducción del número de extranjeros entren en el Reino Unido.
"No hay un objetivo específico. Será un sistema que reducirá la migración neta a unos niveles más sostenibles. Si uno mira los actuales niveles de migración, los últimos muestran 273.000 (anuales). Mucha gente está de acuerdo en que es muy alta", agregó.
"Lo que queremos hacer es situar los niveles a unos sostenibles, en el sentido de que cumpla, primero, con nuestras prioridades económicas y, al mismo tiempo, no es una gran carga para nuestras comunidades o nuestra infraestructura", añadió.
Grupos empresariales como la Confederación de la Industria Británica (CBI) han pedido en el pasado que no se ponga un límite a la inmigración ante el temor de reducir el ingreso de trabajadores menos cualificados y necesarios para algunos empleos.
"El Reino Unido se arriesga a tener pocas personas en el servicio nacional de salud, la recolección de cultivos o la entrega de productos a los comercios de todo el país", advirtió la CBI. Los analistas han resaltado que la inmigración fue uno de los motivos por los que los británicos votaron a favor del Brexit en el referéndum celebrado el 23 de junio de 2016.
El Gobierno informó ayer de que dará "prioridad operativa" a los preparativos del Reino Unido ante una posible salida de la UE no negociada, debido al rechazo de los parlamentarios de distintos partidos a aprobar el pacto alcanzado entre Londres y Bruselas.
La inquietud de los diputados radica en la "salvaguarda" pensada para evitar una frontera física entre las dos Irlandas. Esa salvaguarda prevé que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único, hasta que se establezca una nueva relación comercial entre ambas partes, negociada en el periodo de transición, entre el 29 de marzo de 2019 y finales de 2020.