Cuatro reporteros de guerra de vuelta en España por la crisis del coronavirus cuentan a laSexta cómo está siendo su nueva normalidad, una guerra contra un "enemigo invisible" que creen que no se está contando como debería.
Lejos de colgar sus cámaras y tras perder una buena parte de sus ingresos económicos, han querido retratar una batalla más mortal que muchas de las guerras que han cubierto.
Ricardo García Vilanova, fotoperiodista de guerra, reconoce que vivir días en los que hay 800 muertos "no se vive ni en una guerra". Acostumbrados a moverse en territorios enemigos, ahora ese enemigo estaba en la puerta de sus casas.
Mayte Carrasco, reportera de guerra, cree que lo que se está viviendo "es lo más parecido a una zona de guerra". Eso sí, se han encontrado en un panorama con muchas "dificultades para trabajar", "trabas burocráticas", sin contar con "acceso a ningún sitio".
La reportera reconoce que "en una guerra sabes dónde está el peligro", pero ahora, ante un "enemigo invisible", "no puedes medir los riesgos" y "no hay un lugar seguro". Ricardo García, por su parte, cree que no se está retratando esa cruda realidad de manera fiel.
"¿Cómo podemos hacernos una idea de la tragedia si no enseñamos la muerte? Creo que hemos perdido esa percepción, que hemos perdido esa relación con la muerte y la queremos ocultar", opina.
Tras publicar las realidades más crudas en todo el mundo, ahora, en nuestro país, se encuentran con más obstáculos que nunca. "No se dejó a periodistas acceder a los hospitales", denuncia Carrasco, "no se ha dejado fotografiar a las víctimas", añade García. Todo para, según Gervasio Sánchez (Heraldo de Aragón), "maquillar la letalidad en un claro ejercicio de infantilizar a la opinión pública".
Sin embargo, Andoni Lubaki, fotoperiodista de guerra, cree que también se han "autocensurado" ellos mismos para dar "una visión más dulce de lo que ha sido la pandemia. "Una crisis tan grande no puede generar tan poca foto; en una pandemia que hay tantos muertos, tienes que enseñar los muertos", asevera.
"Es como si vas a una guerra y no muestras el resultado más letal de una guerra, que son los muertos", añade Sánchez, algo que suscribe García: "Si no hay muertos, no hay tragedia".
Esos reporteros de guerra ponen su objetivo a disposición de la ciudadanía para que "tengamos una memoria histórica de la pandemia", como cuenta Sánchez, una memoria que miraremos cuando el virus nos deje.