Desde que Israel llevó a cabo el asesinato del líder político de Hamás en Teherán, la expectativa de una respuesta contundente por parte de Irán y su aliado libanés Hezbolá ha mantenido a la región en un estado de tensa espera. Sin embargo, lo que muchos esperaban como una represalia inmediata no se ha materializado, lo que ha generado especulaciones sobre las razones detrás de esta aparente demora.

Hassan Nasrallah, el líder de Hezbolá, fue claro en su último discurso: "Tiempo al tiempo, esta espera por parte de Israel durante estas semanas es una parte del castigo, parte de nuestra respuesta". La incógnita sobre el cuándo, cómo y de qué manera ocurrirá la respuesta prometida parece ser, según algunos analistas, una táctica diseñada para mantener a Israel en vilo y bajo presión.

"Están tardando mucho en adoptar una decisión y, sin embargo, es posible que al final sea más contenida de lo que parece", señala Yago Rodríguez, director de 'The Political Room'. Esta espera prolongada podría ser un cálculo estratégico para maximizar el impacto psicológico y militar, pero también podría indicar una prudencia forzada por factores externos.

Uno de esos factores es la intervención de Rusia, un aliado cercano de Irán, que ha instado a Teherán a actuar con moderación. Según Rodríguez, Irán está recibiendo armamento ruso, lo que ha mejorado significativamente su capacidad de defensa aérea. Esto sugiere que cualquier represalia no será impulsiva, sino cuidadosamente calibrada para evitar una escalada descontrolada.

Blas Moreno, de 'El Orden Mundial', advierte que la situación en Oriente Próximo está al borde del colapso: "EE. UU. ha perdido el control de la situación en Oriente Próximo y no lo va a recuperar en los próximos meses. Lo curioso de todo esto es que estamos en manos de Irán y los ayatolás para que la situación no vaya a un sitio más complicado del que está ya".

Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mantiene una postura desafiante: "Seguimos adelante hacia la victoria. Estamos preparados tanto para la defensa como para el ataque". Sin embargo, la ansiedad crece a medida que Israel espera un ataque que, por ahora, no llega.