La primera mujer que presenta su candidatura a la Presidencia en la historia de Asia Central, Daniya Yespáyeva, aseguró que en las elecciones recibirá el apoyo de las mujeres y los jóvenes, que la ven como la imagen del cambio en la ultraconservadora sociedad kazaja.
"Llegó la hora de las mujeres. En estos momentos, Kazajistán está preparada para que una mujer sea presidenta del país", afirmó en la oficina de su partido, Ak Zhol (Sendero Luminoso), en Nur-Sultán, la capital del país.
Yespáyeva, de 58 años, ha pasado en sólo cuatro años de dirigir una filial bancaria en una región kazaja a ser elegida diputada y convertirse en candidata presidencial.
Daniya desafía a los prejuicios de quienes creen que una mujer no puede ser presidenta
"Durante el congreso del partido, muchos se opusieron a que una mujer fuera candidata. Ese fue el punto de no retorno en el que decidí llevar la contraria a esa mayoría masculina", señaló.
Eso fue a finales de abril. Con el tiempo y después de recorrerse casi todo el país llegó a la conclusión de que la decisión había sido la "correcta".
"Lo que me sorprendió es que me apoyaban no solo las mujeres, ya que son el 52% de la población, sino incluso los hombres se me acercaron para decirme que me votarían por ser una persona abierta y honesta. Entonces, entendí que la sociedad está preparada", apuntó.
Incluso los jóvenes, que siguen la actualidad mundial y ven cómo viven otros países a través de las redes sociales, interpretaron su decisión de presentarse a las elecciones como "una señal de cambio". "La sociedad necesita una persona así, que no esté manchada, que no sea corrupta, una cara nueva con una forma de pensar diferente a los demás políticos", explicó.
Daniya Yespáyeva, una luchadora desde que nació
Yespáyeva nunca lo ha tenido fácil. Nació en una aldea perdida del oeste de Kazajistán cerca de la frontera con Rusia. Perdió a su madre al poco de nacer y a su padre a los 12 años.
Fue criada por su hermano mayor, pero logró ascender de manera meteórica por la escalera social pese a sus humildes orígenes. Con todo, nada que ver con los obstáculos que se ha topado en la campaña presidencial. Como la resistencia del ultraconservador campo kazajo.
Sin duda, le ayudó el hecho de que hasta los 17 años ella misma vivió en el mundo rural. Hace poco viajó a una cooperativa agrícola en lo más profundo de Kazajistán. Le esperaban hombres curtidos por las duras tareas del campo y con cara de pocos amigos.
Le recibieron con recelo, pero tras contarles su vida le pidieron que se fotografiara con ellos. "Cuando vieron que era como ellos, dijeron que votarían por mí. Esa fue una pequeña victoria", confesó emocionada.
Cree que el hecho mismo de que haya podido presentar su candidatura es "un logro" para la democracia kazaja, lo que fue confirmado por los muchos telegramas de felicitación que recibió de diputadas del Parlamento Europeo.
"Mi partido se arriesgó. Sabemos que vivimos en Asia Central. En las redes sociales los hombres más conservadores pusieron el grito en el cielo. Sólo un hombre puede presidir un Estado. Ahora, muchos han cambiado de postura", admite sobre Ak Zhol, donde el 40% de los miembros son mujeres.
En el actual Gobierno de Kazajistán sólo hay una mujer
No obstante, no se conforma. Destaca que el 27% de los diputados kazajos son mujeres, pero que solo hay una ministra en el actual gobierno.
"Aún hay mucho que hacer. No hay suficientes mujeres en política. Ya hay muchas mujeres empresarias, algo que es muy difícil. No creo que una mujer pueda hacerlo peor que un hombre en un cargo de responsabilidad", asegura. Yespáyeva promueve un feminismo asiático. Se define como mujer y madre, soviética y kazaja, tradicional y moderna.