Fuerzas del Ejercito de Rusia ha destruido un teatro en la ciudad asediada de Mariúpol, que se ha venido abajo tras el impacto. El edificio estaba era el mayor refugio con el que contaba la ciudad ucraniana, y en él se cobijaban miles de residentes. En el exterior, se había escrito la palabra 'niños' en ruso para alertar a las tropas aéreas.
Por el momento, no hay constancias de víctimas mortales. De hecho, se está consiguiendo evacuar a muchos civiles a pesar de que, según estimaciones de la Alcaldía de Mariúpol, en palabras del vicealcalde, entre 1.000 y 1.200 personas se encontraban refugiadas en el instante del bombardeo en ese teatro. Lo cierto es que imágenes tomadas hace unos días en esa misma localización, atestiguan la presencia de un gran número de personas, mujeres, niños, gente indefensa que trataba de salvar sus vidas.
Según el medio bielorruso 'Nexta', el balance de muertos en Mariúpol hasta el 15 de marzo se situaba en 2.500 fallecidos. Además, 400.000 civiles permanecen en la ciudad asediada, que ya cuenta con entre el 80 y 90% de los edificios dañados.
El Ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha compartido en su perfil de Twitter las duras imágenes del antes y el después del edificio atacado, que ha quedado reducido a escombros. "Los rusos no podían no haber sabido que se trataba de un refugio civil", ha declarado con firmeza.
Además, horas después del ataque se ha difundido una imagen satelital del lugar que habría sido tomada por la empresa estadounidense Maxar Technologies el 14 de marzo. En la fotografía se puede leer la palabra "niños" escrita en el suelo con grandes letras en ruso, justo a ambos lados del edificio de Mariúpol. Una forma de avisar a las tropas rusas de quiénes se refugiaban en su interior.
No hay lugar seguro en la ciudad ni para quienes intentan escapar de ella. Fuentes locales han denunciado hoy también que un convoy de civiles ha sido atacado por fuerzas rusas y uno de sus coches ha quedado destrozado. El resultado habrían sido cinco personas heridas, entre ellas un niño grave al que han tenido que operar. Los heridos de los ataques indiscriminados van a parar a uno de los pocos hospitales que siguen en pie, donde son atendidos en el suelo, en los pasillos, sin electricidad.