Rusia quiere ser el primer país del mundo en aprobar una vacuna contra el coronavirus y pretende hacerlo en menos de dos semanas, según informa la 'CNN', que cita autoridades rusas.
De acuerdo con el citado medio, estas trabajan para que la vacuna, desarrollada por el Instituto Gamaleya, sea aprobada el 10 de agosto o incluso antes.
Moscú rompe así todas las previsiones del calendario: las más optimistas hasta ahora eran las de Oxford y la vacuna china, Sinovac, que apuntan a septiembre, mientras que Moderna pone la fecha en noviembre.
Los sanitarios, los primeros en recibirla
De acuerdo con esas fuentes gubernamentales, y siempre según la 'CNN', la vacuna se aprobaría para uso público y los trabajadores sanitarios en primera línea contra el virus serían los primeros en recibirla.
Rusia habrá llegado primero"
En declaraciones al citado medio, Kirill Dmitriev, director del fondo que financia la investigación de vacunas rusas, ha comparado la situación con el lanzamiento del satélite Sputnik. "Los estadounidenses se sorprendieron cuando escucharon los pitidos del Sputnik. Es lo mismo con esta vacuna. Rusia habrá llegado primero", manifestó.
Los expertos, escépticos
Sin embargo, indica la 'CNN', existen ciertas preocupaciones sobre la seguridad y efectividad del fármaco, puesto que el país no ha publicado datos científicos sobre sus pruebas y no ha completado aún la fase 2 de los ensayos clínicos en humanos (la vacuna de Moderna, en cambio, inició esta semana la fase 3).
Los desarrolladores de la vacuna rusa, no obstante, quieren completar la segunda fase antes del 3 de agosto y luego realizar la tercera en paralelo a la vacunación de profesionales sanitarios.
Los investigadores rusos alegan que el rápido desarrollo de la vacuna, basada en dos vectores de adenovirus humanos, se debe a que es una versión modificada de otra ya existente.
Acelerar los plazos más de lo común aumenta el riesgo de tener efectos secundarios"
No obstante, los especialistas tienen dudas sobre los tiempos. El presidente de Médicos del Mundo, José Félix Hoyo, señala en este sentido que el plazo de desarrollo de la vacuna rusa sería "el más corto en el que se ha creado una vacuna en la historia.
"Cuanto más tiempo tengamos para testar una vacuna, más seguros estaremos de que no tiene efectos secundarios y de que realmente funciona", añade el doctor, que alerta de que "acelerar los plazos más de lo común aumenta el riesgo de tener efectos secundarios".