Lágrimas a la luz de las velas en un escenario con 17 ángeles, tres de ellos eran personal de la escuela. Nikolas Cruz acribilló a sus compañeros y profesores en los pasillos y aulas de su instituto.
Aaron Feis, 37 años, era ayudante del entrenador de fútbol americano de la escuela. En el momento de la masacre, interpuso su cuerpo entre el atacante y los alumnos para protegerlos de las balas.
Lo hizo también Scott Beigel, profesor de Geografía. Él abrió la puerta del aula para salvar la vida de quienes huían de los disparos. Sin embargo, no le dio tiempo a protegerse y cerrar la puerta.
A Kelsey Friend la salvó él, aún lo recuerda todo entre lágrimas: "Tuve que verlo tirado allí sin vida en la entrada". Un relato más de la angustia y el terror que vivieron los alumnos en su escuela.